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Moscú/dpa
Rusia adoptó hoy una serie de enmiendas para endurecer la ley antiterrorista que ordenan el almacenamiento de datos telefónicos y de Internet y que han sido muy criticadas por empresas proveedoras y por el ex informante estadounidense Edward Snowden.
La legislación forma parte de un paquete más amplio de medidas antiterroristas, informó hoy el Kremlin en Moscú.
La ley, que firmó la víspera el presidente Vladimir Putin, prevé el almacenamiento de llamadas telefónicas, emails o chats durante seis meses y de los datos de conexión durante tres años, mientras los proveedores de Internet deben documentar contenidos durante un año.
Las firmas telefónicas y proveedoras de Internet estiman que ello tendrá un alto coste para ellas: dos de los mayores proveedores del país, MegaFon y MTS, se quejaron de que les costaría 230.000 millones de rublos (3.600 millones de dólares) y “billones de rublos” respectivamente, informó la agencia de noticias Interfax.
La nueva ley amplía además la lista de delitos por los que niños de más de 14 años pueden ser juzgados como adultos y tipifica como nuevo delito no informar a las autoridades sobre una actividad terrorista.
El ex informante de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense Snowden, que vive exiliado en Moscú desde 2013, criticó la iniciativa y habló de “un día negro para Rusia”.
La ley, dijo, viola “tanto los derechos humanos como la razón”.
Snowden huyó de Estados Unidos por filtrar documentos secretos que sacaron a la luz la vigilancia a gran escala de las comunicaciones que llevaban a cabo las autoridades estadounidenses.
El presidente del consejo de Derechos Humanos del Kremlin, Mijail Fedotov, también se mostró decepcionado por la decisión de Putin. La institución analizará ahora si la ley es inconstitucional, dijo citado por la agencia Interfax.
En vista de las críticas, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, no descartó modificaciones a la legislación. En caso de “consecuencias no deseadas” el Gobierno las eliminará, prometió.
