César Ramírez
@caralvasalvador
El jueves 6 de enero 2022 es el primer aniversario del asalto al capitolio de Estados Unidos por turbas de fanáticos incrédulos del triunfo electoral de Joe Biden, un acontecimiento tan fantástico como cualquier serie de ciencia ficción de Star Wars, pero con un personaje como Donald Trump depositario de la mayor incapacidad para gobernar a la poderosa nación del Norte, que envió a sus seguidores a contener una votación del Congreso norteamericano y no evitó la violencia desatada dentro del máximo tribunal democrático del mundo; ese acontecimiento identifica la profunda división de Estados Unidos por el surgimiento un nacionalismo separatista, un punto crítico entre la vieja concepción de los estados confederados y los estados de la unión, de ahí surge la actitud arcaica de Trump que proclama (aunque él lo niega) una bandera racista, violenta y esclavista, que no acepta respuestas democráticas y menos la altura de respuestas a sus políticas por las ofensas a las nacionalidades en Estados Unidos, Trump marca con su actitud el surgimiento de los nacionalismos que se profundizarán con los años hasta llegar de nuevo punto de rupturas incomprensibles, pero aquel 6 de enero 2021 fue un Golpe de Estado.
Mientras el 9 de febrero de 2020 el Congreso salvadoreño es asaltado por la Fuerza Armada y la Policía Nacional Civil donde el propio presidente sentado en la silla del presidente de la Asamblea oró y tras salir escoltado por las armas le dijo a la multitud que habló con Dios y él le dijo “paciencia, paciencia, paciencia”, en realidad fue un Golpe de Estado, ese era el primer aviso de un régimen autoritario en el mejor estilo del martinato, tiempo después aconteció el triunfo electoral de Nuevas Ideas con mayoría en la Asamblea (lo que tampoco se conocía era el pacto entre la administración Bukele y las pandillas para definir el voto a favor de ese partido denunciado por investigaciones nacionales y verificado por Estados Unidos en sus diversas manifestaciones Lista Engel, Ley Magnitsky y cargos penales del departamento de Estado contra funcionario de la actual administración)… ahora comprendemos todo.
Ante el Golpe de Estado en Estados Unidos se consolidan las leyes y un juicio bipartidista, mientras en El Salvador ya no existe ley a partir del 1 de mayo 2021… hasta nos hablan de una nueva Constitución, de solo pensar en una administración (léase dictadura) de 40 años se me termina la imaginación.
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