Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
“Después de tanta espera ya los tenemos con nosotros, y vamos a poder enterrarlos y enflorarlos como se debe”, expresó María Ascencio Pereira, nieta de Florentina Pereira, víctima de la masacre de El Mozote y lugares aledaños.
Siete años de espera por los restos de sus familiares han tenido que esperar las víctimas y sobrevivientes de la Masacre de El Mozote y sitios aledaños, que continúan en su peregrinaje a 41 años en búsqueda de justicia.
En las redes sociales de CRISTOSAL, informan sobre la entrega de los restos de 16 víctimas, que corresponden a las exhumaciones que se realizaron en el año 2016 en los cantones Cerro Pando, La Joya y Toriles, del municipio de Meanguera, departamento de Morazán.
La masacre de El Mozote y lugares aledaños se considerada un “Crimen de Lesa Humanidad”, que terminó con la vida de alrededor de mil personas de la población civil, en su mayoría niños, niñas, mujeres y adultos mayores, como documentó el Informe de la Comisión de la Verdad, luego de la firma de los Acuerdos de Paz en 1992.
Sobre los hallazgos de los restos en las exhumaciones, CRISTOSAL reiteró que esto “corrobora los testimonios de los sobrevivientes”, quienes han declarado sobre los asesinatos de sus familiares. Y consideran además que “el acto de restitución de esos restos, es una medida de reparación tal como lo ordenó la Corte IDH”, señalaron.
Los restos de las 16 víctimas, que incluyó el de una mujer embarazada y su hijo, fueron velados por sus familiares y comunidad, para posteriormente ser enterrados en sus lugares de origen.
La masacre de El Mozote y lugares aledaños fue ejecutado por un combinado militar de la zona oriental y especializados en la guerra contrainsurgente como el Batallón de Reacción Inmediata Atlacatl y la Fuerza Aérea, crimen de guerra ordenado por el Estado Mayor y aprobación del gobierno en turno.
Igualmente, informaron que 10 víctimas serían enterradas en el Monumento Memorial de La Joya, las otras cuatro víctimas fueron inhumados en el Cementerio de Arambala y las últimas dos víctimas en el Cementerio de Meanguera, todos del departamento de Morazán.
Este Crimen de Lesa Humanidad, ha sido catalogado como una de las “masacres más mortíferas del siglo XX” que se haya registrado en América Latina, no obstante, las víctimas y sobrevivientes aún no logran justicia contra los implicados en este mortífero asesinato colectivo.
Ni el resarcimiento y aplicación de justicia que ha exigido la Corte IDH, luego de sentenciar al Estado de El Salvador por dicho acto de violencia contra su propia población.
Para las víctimas sobrevivientes estas medidas tratan de quitar validez al proceso judicial, aunque es inútil denegar lo ocurrido en El Mozote y los lugares aledaños, por la compilación de suficientes pruebas científicas, técnicas y los testimonios de víctimas. Por lo que consideran que puede elevarse a vista pública para juzgar a los militares imputados, entre ellos, el exgeneral José Guillermo García, exministro de la Defensa, que también, es señalado, en el caso de la emboscada y asesinato de los Periodistas Holandeses, que cubrían las acciones del conflicto armado durante los años ochenta.
El caso penal lleva ya cinco años en el Juzgado Segundo de Instrucción de San Francisco Gotera, Morazán, que ha tenido retrasos luego de la remoción del Juez de la causa Jorge Guzmán, que las víctimas consideran una “dilatación del proceso judicial” y otras obstrucciones de la nueva jueza, y que sólo permitió el ingreso de dos representantes del APDHEM en la última audiencia.
Representantes de la Asociación Promotora de Derechos Humanos de El Mozote (APDHEM), quienes fueron los que recibieron los restos de los familiares, reafirmaron que desde el año 2016 estaban esperando este trámite para dar una cristiana sepultura a sus seres queridos.
“Es importante para nosotros como familiares y víctimas que somos, que ahora la gente ya va a poder enterrarlos“, puntualizó, Cruz Vigil, vicepresidente de APDHEM.
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