Nueva York/AFP
El enviado de la ONU en Siria, ambulance Staffan de Mistura, viajará en las próximas horas a Riad y luego a Teherán, en medio de la creciente tensión entre las dos potencias regionales, pese a las cuales Arabia Saudita considera que no perjudicarán los esfuerzos de paz.
De Mistura «estará en Riad esta noche», dijo a la AFP el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric.
Irán es junto a Rusia el aliado más fiel del régimen de Bashar al Asad, mientras que Arabia Saudita apoya a la oposición armada en Siria y reclama que el presidente sirio abandone el poder.
El domingo, Riad rompió relaciones con Teherán después de que manifestantes iraníes incendiaran dos de sus sedes diplomáticas en protesta contra la ejecución del clérigo chiita Nimr el Nimr, crítico del régimen saudita, y otras 46 personas.
Sin embargo, el embajador de Arabia Saudita ante la ONU, Abdalá Al Mouallimi, estimó este lunes que la decisión de su país de romper relaciones con Teherán no debe tener un impacto en los esfuerzos de paz en Siria y Yemen.
«De nuestro lado, no tendrá ningún efecto porque continuaremos trabajando muy duro para apoyar los esfuerzos de paz en Siria y Yemen», indicó el diplomático a reporteros.
La delegación de Arabia Saudita ante la ONU además defendió este lunes las 47 ejecuciones alegando que todos los acusados tuvieron juicios justos.
«El Reino de Arabia Saudita reitera que todas las personas condenadas tuvieron garantizados juicios justos sin ninguna consideración de su tendencia intelectual, racial o sectaria y que las acusaciones en su contra estuvieron basadas en acciones criminales e ilegales», indicó en un comunicado.
La ejecución del clérigo chiita y las otras 46 personas, en su mayoría condenadas por «terrorismo», provocó una guerra verbal entre Riad y Teherán, así como violentas manifestaciones entre la comunidad chiita de varios países de Oriente Medio, como Irak, Líbano, Baréin, Pakistán y la Cachemira india.
Luego de dos conferencias internacionales en Viena en las que participaron Irán y Arabia Saudita, la ONU espera poder reunir a representantes del gobierno y la oposición siria en Ginebra el 25 de enero para un diálogo de paz.
Pero la crisis entre Riad y Teherán pone en peligro la continuación de este frágil proceso iniciado por la comunidad internacional para intentar encontrar una solución política y acabar con cuatro años y medio de guerra en Siria.