Anna Amaya Aguilar
I
En las noches
donde las palabras
son blancas,
invertidas
y sonoras
creamos una salida justa a la vida
dibujando el mundo
en su lugar exacto
II
El aire
es un nido de voces.
Tu voz y la mía
no tienen nido propio
III
Tu y yo
en el crepúsculo
en los párpados de la noche
y en el amanecer de tus labios
IV
Insensato amor,
Dime
dónde escondes tus misterios
VI
El ausente abrió las puertas
de la distancia
el ausente se quedó libando
su soledad mía
mordiendo recuerdos
y luchando
contra las obsesiones
que lo acosan
¡El ausente, el ausente!
VII
Romántico, voz sonora de arpas,
soñador de lunas y soles escarlata;
préstale tu corazón al mundo
viii
Los miedos van caminando
con la velocidad desperdigada
Y la insensatez de las horas
ix
…y tenías ese instinto dulce
Y el caminar heredado de tu enérgica raza.
Llevabas rosas de rituales mayas en los labios
x
Candelabros de luces
que no encienden
fiebre antigua de la patria enferma.
Hay una luz, escondida que no cesa
en el rostro esperanzado del mundo
ix
El día cierra sus puerta,.
llega la noche
con su agonía de voces,
se abren los cristales
de los países fríos,
la patria gime
Y todos nos dolemos de su llanto.
x
El lánguido canto de un gallo,
en la lejanía densa,
me remonta
a la casa de la abuela materna
y…
su carita de marfil
brilla
en los espacios de mis recuerdos de niña
xi
El último beso tuyo
se alargó con la longitud del tiempo
Y de los vendavales
que cruzaron los océanos de tus ojos.
Xii
Junio florido,
primeras gotas de invierno
mes verde
verde, verde,
junio que traes otros junios
Junio, cúpulas blancas
con aretes de campanarios
que
siguen repicando
la plenitud
de los años cortos
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