Samuel Amaya
@SamuelAmaya98
El presidente de la República, Nayib Bukele, dirigió su discurso en la Asamblea General de Las Naciones Unidas, en su 77 período, al final de la tarde de este martes. El mandatario hizo énfasis en que El Salvador está cerca de “conseguir su libertad”.
“Les traigo un saludo desde la tierra del surf, de los volcanes, del café, de la paz y del Bitcoin; donde encontrarán un pueblo unido, luchando por su libertad”, inició el mandatario.
“Eso es precisamente lo que vengo a hablar en este pódium, en la Asamblea General de las Naciones Unidas: de la libertad. La que añora mi pueblo, y la que añoran todos los pueblos del mundo y que ‘libertad’ es una palabra que se dice muy fácil, pero que requiere de mucha perseverancia y sacrificios para que sea verdadera”, enfatizó el mandatario.
Bukele sostuvo que para ser libres, “depende de cómo nos ven los demás pero principalmente de cómo nos vemos nosotros mismos. Es requisito indispensable que los poderosos respeten nuestra libertad” en referencia a los otros países que se pronuncian sobre asuntos internos del país.
Según dijo Bukele, El Salvador nunca había tenido valor de tomar sus propias decisiones. “Vengo de un pueblo donde el destino siempre fue controlado por otros”.
Además, el jefe de Estado destacó en su discurso que en poco tiempo El Salvador pasó de ser uno de los más peligroso del mundo “a estar en camino a ser el más seguro de América», esto en referencia a la implementación del Régimen de Excepción con el cual se han capturado a más de 52 mil supuestos pandilleros, pero se han violentado los derechos humanos de cientos, debido a detenciones arbitrarias, y por lo que ha sido criticado por la comunidad internacional y nacional.
“Pasamos de ser un país para muchos, desconocidos, y los pocos que los conocían, lo conocían por las pandillas, por los muertos, por la violencia, por la guerra, pasamos de eso a ser un país conocido por las playas, surf, sus volcanes, su libertad financiera y por haber acabado con el crimen organizado”, destacó Bukele en su discurso de aproximadamente 13 minutos.
El jefe de Estado remarcó que cada pueblo debería de encontrar su propio destino, “y cada pueblo encontrará amigos en la búsqueda de ese camino. A esos países, le ofrezco la amistad de este pequeño país, el país que aún lucha por su libertad pero que está a punto de conseguirla”.
Sin mencionar a potencias en particular, Bukele lamentó que otras naciones, a las que se refirió como “vecinos ricos”, le exijan a El Salvador regresar a los años en que era conocida solamente por las pandillas, los muertos y el conflicto armado (1980-1992).
“El vecino rico no tiene autoridad para exigirle a su vecino pobre que regrese al pasado”, recalcó el jefe de Estado, quien reiteró su opinión sobre lo obsoleto de la Asamblea General de la ONU, tal como hizo hace tres años, cuando se tomó un “selfie” en el estrado.
El mandatario pidió respeto absoluto a la soberanía y a la autodeterminación de cada país y de la manera que dice la carta de la ONU. En ese sentido, dijo que “tal vez con el tiempo, surgen otras naciones y pueblos que también luchen por su libertad y entonces las Naciones Unidas habrán vuelto hacer relevantes, al menos para este humilde servidor”.
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