Caralvá
Fundador
Suplemento Tres mil
Si la verdad es visible en la tierra, es por personajes como ellos.
Si el conflicto civil dividió nuestra sociedad, la Iglesia también se fracturó por la concepción de la defensa de los derechos humanos, la interpretación de la justicia, el Nuevo Testamento etc.
La guerra civil en sus formas más crueles no distinguió razones de ninguna parte, setenta y cinco mil muertos o desaparecidos es una cifra horrorosa, es el costo de un cambio social que debió ser pacífico, no obstante fue agotado por el sistema autoritario; no fue suficiente la protesta durante muchos años, ni el sufrimiento por los desaparecidos políticos, había que someter a prueba a la Iglesia Católica en su esencia cristiana, en esos años no era exagerado creer que un día en El Salvador, era lo mismo que vivir el Nuevo testamento en 24 horas; Monseñor Romero, Rutilio Grande e Ignacio Ellacuría lo sabían, era el momento decisivo de negar a Cristo en la tierra o asumir las consecuencias de su ejemplo al comprender que el único camino de la Iglesia es la compañía del Jesús Histórico… y el tiempo demostró su convicción.
Al pronunciar sus nombres, uno pronuncia a miles de ciudadanos, compañeras y compañeros, amigos, amigas, desconocidos, madres, hermanos, exiliados, desaparecidos, con imágenes tan dolorosas que arrancan el sufrimiento de esa tragedia social, pero también su memoria transformadora se magnifica cuando los pueblos del mundo rinden homenaje a Monseñor Romero y otros como él, en ese rubro se encuentran nuestros seres queridos, cristianos o no, es memoria, historia, sociedad, es nuestro argumento reverencial en este planeta.
Nos encontramos en el momento de la inflexión histórica, en el momento que la memoria toma su lugar en la nación y el mundo, es la hora de la justicia que se pronuncia por los inocentes, es un ajuste de cuentas con el olvido, recordar entonces sus vidas es la función esencial de uno en nosotros, de uno en el pueblo, de uno en las multitudes, de nosotros junto a ellos.
El homenaje a la vida de Monseñor Romero el próximo 14 de octubre de 2018 es feliz, honra a la humanidad y dignifica a los pueblos del mundo, recupera la memoria de los pobres y desprotegidos de la violencia de todos los tiempos, por defender sus derechos, su fe, la democracia y la justicia.
Comparto la felicidad de la memoria de esos seres maravillosos que están con nosotros.
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