Miguel Ángel Dueñas Góchez*
Para los movimientos fundamentalistas, cialis una de las formas directas de influir sobre el espacio público es entrar en la política tradicional (Consejo de Seguridad Pública, buy El Salvador). Esta estrategia adopta formas ligeramente distintas según la región, thumb la religión o contexto nacional de que se trate, aunque algunas prácticas parecen ser casi universales.
La captura del Estado muchas veces comienza a través de políticas que todavía no apuntan al nivel nacional, como en el caso del Front Islamique du Salut (FIS, Frente Islámico de Salvación), en Argelia, que se centró en controlar a las autoridades locales mediante elecciones. En algunos casos, la línea divisoria entre la política tradicional y la insurrección puede ser difusa. Las activistas por los derechos de la mujer que trabajan en la región, consideran que el control ejercido por el FIS sobre algunas autoridades municipales facilitó la generación de la infraestructura (incluyendo el aprovisionamiento clandestino y los túneles de huida) necesaria para llevar adelante la insurrección fundamentalista contra el Estado. Muchas veces a los movimientos fundamentalistas les resulta más fácil entrar a la política nacional a través de las provincias (departamentos y municipios). “Estos grupos fundamentalistas también usan la democracia. Cuando fracasaron a nivel nacional, se dedicaron a los parlamentos locales de las provincias para hacer aprobar normas locales inspiradas en la Sharia” (Firliana Punwanti, Indonesia).
Por lo tanto, las personas activistas por los derechos de las mujeres, se ven afectadas por fundamentalismos judíos e hindúes, así como muchas de sus contrapartes en África, al sur del Sahara, y los Estado Unidos señalan que a las congregaciones, sobre todo en el caso de las iglesias pentecostales, se les dice a quién votar en las elecciones: “Los únicos candidatos viables son los fundamentalistas” (Estados Unidos). Esta práctica también es común en América Latina: “Los cierres de campaña electoral tienen lugar en templos evangélicos o iglesias católicas (Maya Varinia Alvarado Chávez, Guatemala).
Por lo tanto la clase política juega un rol decisivo para los sectores fundamentalistas. El matrimonio entre ambos es duradero y sólido; se benefician porque la clase política necesita la bendición de la jerarquía religiosa y a la iglesia le conviene tener el poder de toma de decisiones. (Ana María Pizarro, Nicaragua).
*Licdo. en Relaciones Internacionales