Madrid/dpa
Las selecciones de fútbol de España y Alemania jugarán el viernes la final de la Eurocopa Sub-21, un éxito que pone de manifiesto el valor de trabajar con una filosofía única desde niños.
Las federaciones de ambos países contemplaron el martes con satisfacción las semifinales del torneo. Mientras España derrotó 3-1 a Italia, Alemania ganó su pase en la tanda de penales ante Inglaterra, si bien hizo méritos suficientes para mejorar el 2-2 con el que llegó al final de la prórroga.
Hace una década que España cambió su modelo de trabajo con las categorías inferiores de las diferentes selecciones. Bajo la tutela del ex seleccionador Vicente del Bosque, se decidió unificar el estilo de todos los equipos, que pasaron a jugar a lo mismo que la selección absoluta.
La federación alemana quiso impregnarse de esa filosofía y durante los años de éxito de la selección de Del Bosque realizó varias visitas a la Ciudad del Fútbol de Las Rozas para conocer los detalles de ese trabajo, el secreto de que España conquistara el Mundial de 2010 y las Eurocopas de 2008 y 2012. Los técnicos alemanes se encontraron con unas selecciones españolas inferiores que jugaban como sus mayores: todas querían el balón, todas tenían a jugadores “pequeños” con habilidades con la pelota, todas ponían a más centrocampistas que delanteros.
En una entrevista con “El País” en 2012, el seleccionador alemán, Joachim Löw, avisó de cuál fue su primer propósito al aceptar el cargo: “Sentar una base para luego dar un salto hacia adelante”.
Y descubrió cómo hacerlo: “No someterme semanalmente a un examen de resultados me permitió salir, abrirme a otras culturas futbolísticas, ir a España, Holanda… Vi adónde iba el futbol, y eso me ayudó a formular una filosofía propia”. De tal forma que ahora los jóvenes futbolistas de las diferentes selecciones alemanas juegan a lo mismo que sus mayores: presión adelantada, fútbol vertical, uso masivo de los costados, obsesión por finalizar las jugadas…
Las semifinales del Europeo Sub-21 fueron un reflejo de lo que representa actualmente el fútbol español y el alemán, dos selecciones reconocibles en su estilo más allá de los nombres y las edades. Y con éxito, por cierto.
El caso alemán es significativo porque al torneo de Polonia acudió sin algunos de sus mejores jugadores jóvenes. Varios están junto a Löw en Rusia disputando la Copa Confederaciones como actual campeona del mundo.
Mientras Alemania vive tiempos de bonanza, España no flaqueó ni en los malos tiempos, los que siguieron a la conquista de la Eurocopa de 2012, el final de una gran época. Tras las decepciones del Mundial 2014 y la Eurocopa 2016, Del Bosque abandonó y llegó Julen Lopetegui. Nada tocó el entrenador vasco y su selección sigue jugando a lo mismo que la de Del Bosque, con los matices que se quieran.
Lo mismo las categorías inferiores, que tan bien él conoce. El seleccionador Sub-21, Albert Celades, cuenta con un único medio centro, Marcos Llorente, y deja el resto para jugadores tan creativos y verticales como Dani Ceballos, Saúl Ñíguez, Marco Asensio, Gerard Deloufeu o Sandro. Por cierto, todos ellos son jugadores importantes en sus respectivos clubes.
La final del Europeo Sub-21 confirmó que tanto España como Alemania tienen no sólo un sólido presente futbolístico, sino motivos para confiar en un futuro exitoso. El triunfo de una filosofía que viene “de fábrica”.