Madrid / AFP
Casi 400 empresas españolas se comprometieron a reducir un 10% el contenido de azúcar, grasa y sal en en los alimentos y bebidas que fabrican y distribuyen, a fin de combatir la obesidad, anunció el ministerio de Sanidad.
La ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, fue la encargada de firmar los acuerdos con federaciones y asociaciones representativas de un total de 398 empresas.
«España tiene una de las tasas de obesidad más altas de Europa. El 54% de los adultos tiene sobrepeso y el 17% es obeso. Entre la población infantil, el 40% tiene sobrepeso y el 18% padece obesidad», explicó el ministerio en un comunicado.
«Las dietas poco saludables causan más muertes y enfermedades en todo el mundo que el consumo de alcohol, tabaco y drogas», enfatizó la ministra Carcedo, citada en el texto.
El plan afecta a bebidas refrescantes, pastelería, cereales de desayuno, cremas, derivados cárnicos, galletas, helados, pan especial envasado, salsas, lácteos y platos preparados.
Uno de los objetivos concretos es reducir por ejemplo un 13,8% la cantidad de sal y un 10% las grasas saturadas en las patatas fritas, que a menudo se sirven de manera gratuita en los bares para acompañar una cerveza o un refresco.
La ministra del gobierno socialista destacó que el plan pretende igualmente luchar contra las desigualdades en materia de sanidad.
Y es que según una investigación nacional citada en el comunicada, «en familias con ingresos mensuales de 2.200 euros en adelante, la obesidad es poco frecuente, de un 4,6%. Sin embargo, en las rentas más bajas, tiene una incidencia casi tres veces mayor, de un 16%».
Un informe internacional, el «Global nutrition report», publicado en noviembre, dejó en evidencia la responsabilidad de la industria alimentaria en el aumento de la obesidad, y lo atribuyó a los excesos de sal, azúcar y grasas en los alimentos procesados.