Alma Vilches
@AlmaCoLatino
Un grupo de expertos cubanos capacitó a extensionistas del Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal “Enrique Álvarez Córdova” (CENTA) y agricultores, para la aplicación y manejo de biofertilizantes y controladores biológicos en las parcelas.
Las capacitaciones se brindan como parte del proyecto “Biofertilizantes en Cultivo de Maíz, Frijol y Café como Alternativa Agroecológica para una Producción Sostenible en El Salvador”, ejecutado con fondos CENTA y FANTEL, que beneficiará en tres años a un total de 3 mil pequeños agricultores de 30 municipios, distribuidos en los departamentos de Ahuachapán, Santa Ana, La Libertad, San Salvador, Cabañas, San Vicente, San Miguel, Usulután, Morazán y La Unión.
José Alfredo Alarcón, coordinador del proyecto, dijo que en la primera etapa se ha fortalecido a los técnicos del CENTA y a los agricultores con las tecnologías agroecológicas. “Para los capacitados la tecnología del uso de biofertilizantes (micorriza) y su aplicación es relativamente nueva, por lo que contamos con el apoyo de un equipo de expertos cubanos”, recalcó.
Micorriza, es un biofertilizante compuesto por los Hongos Micorrízicos Arbusculares (HMA) conocidas como micorrizas que es una especie de hongo benéfico que tiene la capacidad de colonizar el interior de las raíces de muchas especies vegetales ejerciendo una simbiosis; en la agricultura es utilizada para hacer más eficiente la toma de nutrientes esenciales para los cultivos, principalmente el fósforo, los cuales convierten en aliados ocultos en las plantas.
Yosnel Marrero Cruz, Investigador del Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA) de Cuba, señaló que este producto, cuando se aplica correctamente, contribuye a mitigar el estrés que pueda existir por cambios climáticos que ya son una realidad, también tiene un efecto positivo indirecto sobre resistencia al ataque de algunas plagas y enfermedades.
“Al utilizar el producto con la técnica del recubrimiento de la semilla en el caso de los granos (maíz y frijol) y en el cultivo del café, puede utilizarse en diferentes momentos del cultivo pudiendo realizar un ahorro en la aplicación de abonos minerales dado por la eficiencia de la simbiosis entre el hongo y la planta”, explicó Marrero.
Asimismo, en el caso de los granos básicos cuando ocurre la germinación de la semilla, el hongo busca de inmediato la raíz de la planta y empieza la eficiencia de toma de agua y nutrientes para la planta.
El especialista Marrero explicó a los productores y técnicos, cómo y en qué condiciones el producto debe ser aplicado. En el caso de maíz y frijol la cantidad de producto a aplicar viene dado por el 10% del peso de la semilla, en este caso el proyecto garantizará 1 kilogramo y medio por cada 25 libras de semillas para maíz y frijol mezclado con 600 ml de agua.
Para la mezcla y aplicación del Biofertilizante, el agricultor deberá hacerlo en horas tempranas y a la sombra sobre un plástico poner la semilla, humedecerla con los 600 mililitros de agua y luego mezclar el polvo del producto, hasta que quede recubierta la semilla de forma homogénea, secar a la sombra por 10 a 15 minutos y sembrar.
El especialista en suelos del CENTA, Raúl Quintanilla, ha sido unos de los técnicos capacitados y destaca que la simbiosis entre el hongo y la planta hace eficiente muchos nutrientes y crea una protección a la planta ante el estrés hídrico, pero también este beneficio no se da por sí solo, debe ser acompañado por otras buenas prácticas como la adición de fuente orgánica.
“No es recomendable solo aplicar la micorriza, sino tener en el suelo un contenido de materia orgánica arriba del 3%, que se consigue con el manejo de los rastrojos y otras prácticas para regenerar el suelo que garantizará el hábitat para la presencia del microorganismo”, puntualizó Quintanilla.
En el caso del cultivo de café, los expertos recomiendan este proceso en la fase de germinaderos aplicados directamente sobre las semillas. Otra manera es al pasar del germinadero al vivero recubriendo las raíces de las plantitas con una pasta fluida constituida por la mezcla de 1 kilogramo y 1,200 mililítros de agua. En caso de no haberse hecho en dichos momentos la aplicación se haría en la siembra definitiva en el hoyo debajo de la planta a razón de 20 a 40 gramos con el producto.