WILFREDO MARMOL
Algarabía lejana,
acá, trás la puerta,
extraño esa sensación de convivencia lejana.
En sólo dar un suspiro,
surgió el coronavirus,
una nueva enfermedad,
restringió nuestra libertad.
Y para evitar un entierro,
a nuestro hogar, nos envió al encierro.
Y aqui aprendimos,
aqui descubrimos quien está
en el espejo en realidad
y asi supimos que la vida es amor
y que el amor «es vida para siempre o hasta nunca…»
Añoranza del abrazo colectivo en espacios de convivencia,
la puesta del sol marino,
cafecito de media tarde
en la terrulia franca, amena.
Un horizonte de esperanza vislumbra los brazos de la humanidad en camino al reencuentro.