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«La dificultad para las personas que fueron detenidas por una u otra razón es la monotonía, absolutamente». Así lo confiesa el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, en un último video grabado antes de que le cortaran Internet, y que fue proporcionado a RT por los organizadores del foro World Ethical Data Forum en Barcelona.
«He estado detenido en prisión, bajo arresto domiciliario, en esta Embajada, en este país sin cargos desde hace casi cho años», recuerda el activista, que afirma que intenta «que cada día sea todo lo diferente posible, pero nunca es suficiente».
«La última generación libre»
Assange tiene una perspectiva bastante sombría de hacia dónde se dirige la humanidad, pues cree que pronto será imposible para cualquier ser humano no ser incluido en las bases de datos globales recopiladas por los Gobiernos y entidades estatales.
«Esta generación que nace ahora […] es la última generación libre», se lamenta Assange.
Según el activista, hoy en día, «uno nace y de inmediato o al cabo de un año se le conoce globalmente». «Su identidad, de una forma u otra -debido a que sus padres idiotas plasman su nombre y fotos en Facebook o como resultado de aplicaciones de seguros o de pasaportes- es conocida por todas las principales potencias mundiales», detalla.
«Un niño pequeño ahora, en cierto sentido, tiene que negociar su relación con todas las principales potencias mundiales», recalca Assange, añadiendo que «muy pocas personas técnicamente capaces» pueden ser independientes, «elegir su propio camino».
«Huele un poco a totalitarismo, de alguna manera», se lamenta.
Más conflictos en el ciberespacio
Por otro lado, el activista predice que la escala de actividades hostiles en el ciberespacio se disparará en cuanto la Inteligencia Artificial esté entrenada para automatizar suficientemente los ataques de piratas informáticos.
«No existen fronteras [en línea]. Son 220 milisegundos desde Nueva York a Nairobi. ¿Por qué habría paz en ese escenario?», se pregunta Assange, explicando que, aunque las entidades «están creando sus propias fronteras» en línea «es muy difícil» establecerlas usando la criptografía.
«No creo que sea realmente posible establecer fronteras que sean lo suficientemente predecibles y lo suficientemente estables para eliminar el conflicto. Por lo tanto, habrá más conflicto», asevera.
Julian Assange se refugió en la sede diplomática de Ecuador en Londres el 19 de junio de 2012 para evitar que le extraditaran a Suecia, donde le acusaban de unos presuntos delitos sexuales.
El fundador de WikiLeaks no ha podido abandonar la Embajada a pesar de que los fiscales suecos retiraron los cargos en mayo de 2017, ya que las autoridades británicas le podrían arrestar por incumplir las condiciones de su fianza en Reino Unido.
En marzo de este año, el Gobierno de Ecuador suspendió las comunicaciones de Assange con el argumento de que había violado «el compromiso escrito que asumió con el Gobierno a finales de 2017, por el que se obligaba a no emitir mensajes que supusieran una injerencia en relación con otros Estados».
En mayo, WikiLeaks reportó que también le habían prohibido usar el teléfono y recibir visitas.