Francisco Elías Valencia
@fe_valencia
En el mes de abril, el Ministerio de Hacienda informó que tuvo una buena recaudación de ingresos, en parte por el decreto de amnistía tributaria, pero también porque la actividad económica se mantiene dinámica. Conversamos con César Villalona sobre esta temática.
– César, tengo entendido que la inflación se mantiene baja, ¿a qué se debe la estabilidad de precios?
Entre enero y marzo la inflación fue de apenas 0.1%. Ese nivel es sumamente bajo. El año pasado fue de 2.04%, que también es un nivel bajo. Ello se debe a que los costos de producción se mantienen estables y a que la economía goza de estabilidad monetaria, pues el dinero circulante va acorde con la oferta de bienes y servicios, tanto nacionales como importados.
El precio internacional del petróleo está subiendo y ello podría provocar una ligera alza en los precios de los combustibles y en las tarifas de algunos servicios. Pero el impacto en la inflación global sería pequeño gracias al equilibrio monetario.
Como resultado de la baja inflación, la tasa de interés de los préstamos disminuyó entre diciembre de 2017 y marzo de 2018. Para los préstamos de hasta un año plazo pasó de 6.65% a 6.55%; para los de plazos mayores bajó de 9.98% a 9.93% y para vivienda disminuyó de 7.56% a 7.53%.
Cuando en una país hay un elevada inflación, digamos mayor de 10%, los bancos suben las tasas de interés sobre los ahorros (para que los ahorrantes no los retiren) y sobre los préstamos, para mantener sus márgenes de ganancia. Pero cuando la inflación es baja, como en El Salvador, los intereses no suben.
Han pasado 17 meses desde el último aumento del salario mínimo y la economía sigue manteniendo su estabilidad monetaria y de precios, tal como lo habían previsto el gobierno y los sindicatos que defienden a la población trabajadora. La ANEP vaticinó lo contrario y se sigue oponiendo a los aumentos salariales.
– ¿Y cómo se ha comportado la canasta básica?
Para el mes de marzo la canasta urbana estaba en 196.53 dólares, o sea, era menor que en diciembre pasado, cuando estaba en 200.39 dólares. La canasta rural pasó de 137.84 dólares en diciembre a 142.39 en marzo, lo que significa un aumento de apenas 3%. Se puede decir que las dos canastas muestran cierta estabilidad. Y eso es muy bueno, porque permite que no se erosionen los ingresos de la población de menos recursos.
Con respecto a diciembre de 2016, el mes anterior al aumento salarial, las canastas básicas urbanas y rurales están casi iguales. Y como el Costo de la Vida es igual a la Canasta Básica Ampliada, pues incluye el valor de los alimentos (canasta básica) más el costo del vestuario, la vivienda y los servicios básicos. Desde el aumento del salario mínimo (diciembre de 2016) hasta marzo de 2018, el Costo de la Vida apenas se encareció 1% en el área urbana y 2.5% en el área rural. Eso ha permitido que disminuya la brecha entre los salarios mínimos y el Costo de la Vida.
– ¿Cómo evolucionan el consumo y la inversión privada?
El consumo privado creció en el primer trimestre del año, con respecto al primer trimestre del año anterior. Dos variables lo demuestran: el aumento de 5.3% en las remesas y de 4% en el crédito a los hogares.
Al haber más consumo privado, las empresas vendieron más y el Gobierno aumentó sus ingresos en 17.8% entre enero y abril, con respecto al mismo período de 2017. La recaudación por IVA creció 10% y por renta aumentó 25%. En la mayor recaudación fiscal también incidió el decreto de amnistía tributaria, que les elimina las multas y los intereses a las empresas y los contribuyentes morosos que se ponen al día en su pago.
Como las empresas están vendiendo más, sus inversiones también aumentan. Por eso su demanda de crédito creció 7.7% en el primer trimestre del año. Este es otro punto donde la ANEP hizo un vaticinio errado cuando se aumentó el salario mínimo. El señor Luis Cardenal, presidente de la ANEP, aseguró que muchas empresas quebrarían y que la inversión privada disminuiría. Ocurrió lo contrario. El año pasado la inversión privada nacional fue mayor que el año anterior (su demanda de crédito creció 8%) y la inversión extranjera neta llegó a 792 millones, más del doble de los 374 millones de 2016.
– ¿Qué nos puedes decir de la evolución del PIB?
No hay datos públicos sobre esa variable, pero no dudamos en que está creciendo empujado por la inversión privada de la que hablamos antes. Además, las exportaciones de bienes, que son parte del PIB, aumentaron 3% entre enero y marzo de 2018. Las exportaciones de las maquilas crecieron 14% y las destinadas al mercado Centroamérica aumentaron 5.2%.
China es el país que más ha aumentado las compras en El Salvador, por un monto de 62.5 millones. Eso demuestra que fue acertada la apertura comercial con ese poderoso país, que pronto será la primera economía del mundo.
– César, ¿entonces podemos decir que la economía se mantiene estable y en crecimiento?
Sí. Tiene estabilidad monetaria y de precios. La banca sigue sólida, con buena captación de ahorros, mayores créditos y baja mora. Incluso, el Gobierno tiene una mejor situación financiera que el año pasado, cuando sectores de oposición le bloquearon los ingresos. El BCR espera un crecimiento de alrededor de 2.4%. El ministro de Hacienda dijo que podía crecer 2.6%.
Pero es necesario que el crecimiento beneficie más a la población de ingresos medios y bajos. Por eso hay que mejorar los salarios y las pensiones, ampliar los subsidios y generar más empleo. Además, el crecimiento debe ir en armonía con el medioambiente, cuya protección y conservación es vital para nuestro país.
– ¿Cómo podrían contribuir los préstamos pendientes a mejorar las condiciones de vida del pueblo?
Aportarían mucho, pues su monto ronda los 400 millones de dólares y se invertirían en áreas sociales muy importantes, como salud, seguridad, transporte, empleo y otras. El préstamo de salud es de $170 millones que se invertirían en los tres niveles de atención. Hay otro de 30 millones para tres nuevas sedes de Ciudad Mujer. Otro es para fortalecer a la PNC, por un monto de 100 millones. Otros son para emprendimiento juvenil y para obras de infraestructura.
Toda inversión genera crecimiento, pero en este caso se trata de un crecimiento de los servicios básicos, que son los que necesita la población, sobre todo la que aún no tiene acceso a ellos. Por eso es urgente que dichos préstamos se aprueben. Además, sus condiciones de pago son muy favorables, en cuanto a plazos y tasas de interés.