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César Ramírez
@caralvasalvador
El 5 de marzo 2020 el presidente Giammattei de Guatemala declara estado de Calamidad “para ampliar acciones de prevención por el coronavirus”. Entre las medidas anunciadas urgió al Congreso aprobar un préstamo del Banco Mundial por $200 millones para que esté a disposición del Estado en caso de que la emergencia supere las capacidades internas. El Ministerio de Salud se volverá en el órgano rector de la información oficial relacionado con el covid 19 mediante un boletín informativo diario… etc. Aunque el gobernante comentó que no hay casos de Covid 19 en Guatemala y Centroamérica, pero también espera que el órgano legislativo avale el “Estado de Calamidad el 9 y 10 de marzo -según notas de prensa-.
El día 10/MAR/2020 se informa que El Salvador impone medidas para el ingreso de personas de Honduras, Guatemala y Nicaragua (…) pero horas después fue eliminada. Las acciones afectaron a muchos ciudadanos de la región, en especial a los guatemaltecos, el daño fue consumado… de seguir así, otra improvisada medida preventiva se repetirá en las próximas semanas.
Si hablamos y pensamos en la región centroamericana por coincidencia: geográfica, humana, económica etc. ¿Por qué no establecer mecanismos regionales para la prevención del Covid 19? puesto que las acciones de los países vecinos afectarán a toda la región, por lo tanto, es más sencillo cooperar entre institutos de salud pública regionales que impulsar medidas arbitrarias unilaterales.
En nuestra nación cuando nos hablan de “catástrofe”, “calamidad”, “Régimen de Excepción” Art. 29 Cn., inmediatamente pensamos en supresión de garantías constitucionales y será “por medio de un decreto del Órgano Legislativo o del Órgano Ejecutivo, en su caso”.
En nuestra historia el Régimen de Excepción, con prolongados Estados de Sitio permaneció por muchos años, entre 3 y 8 años consecutivos, 1886, 1869, 1939, 1948, 1962 y 1983. Debemos aclarar que el factor común eran casos de “Crisis de Estado”, pero ahora en 2020 el detonante es una “crisis sanitaria”, es un momento de peligro biológico por “daño social infeccioso”, de ninguna manera es “crisis política”, en ese sentido se deben trabajar por una amplia cooperación entre todos los sectores políticos, ciudadanos, académicos, trabajadores etc. para organizar una respuesta social, de igual forma con los gobiernos centroamericanos.
Ante el Covid 19 debemos abandonar las banderas políticas, los conceptos electorales 2021, con amplia unidad nacional.
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