@JoakinSalazar
En mayo pasado, el Juzgado Cuarto de Instrucción de San Salvador reabrió el proceso judicial en contra de los autores intelectuales y materiales del asesinato del Beato Monseñor Oscar Romero, no obstante dos meses después aún la Fiscalía General de la República (FGR) no se ha pronunciado.
Sectores conservadores, pese al llamado del papa Francisco, siguen negando el reconocimiento debido al Beato Salvadoreño, Oscar Arnulfo Romero, que fue asesinado por amor a su pueblo, un 24 de marzo de 1980, crimen de lesa humanidad que sigue en la impunidad, debido a que el Estado ha incumplido las sentencias de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que exige la justicia para la familia y la feligresía salvadoreña.
Para conocer sobre estos hechos Diario Co Latino habló con el Padre Freddy Sandoval, que representa a la Concertación Monseñor Oscar Arnulfo Romero, una de las dos entidades de la sociedad civil que solicitó la apertura del proceso judicial, que aún a 37 años de impunidad no hay muestras que se haga una reparación justa del hecho.
– ¿Cuál es su opinión con la reapertura del proceso judicial por el asesinato del Beato Romero?
El Estado salvadoreño debía haber empezado la investigación del caso a partir del año 2000 que emitió la resolución de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, porque el Estado está obligado a cumplir las resoluciones por ser parte desde 1978. De mi modo de ver, el Estado tiene un retraso de 17 años, para la reparación de los hechos.
En segundo lugar, en el año 2000 se puso una demanda de inconstitucionalidad contra Ley de Amnistía, la Sala en ese momento afirmó que la Ley de Amnistía era constitucional, sin embargo, no se aplicaba para aquellos casos de lesa humanidad como el asesinato de monseñor Oscar Arnulfo Romero. Pese a ello, el Estado nunca hizo nada por falta de voluntad jurídica y voluntad política, coherencia lógica y la coherencia con las víctimas.
Ahora, nosotros esperamos que abolida la Ley de Amnistía, jurídicamente hablando, todas las actuaciones realizadas durante el conflicto armado pierden su efecto y regresan al estado original, que es lo que el juez ha resuelto. La causa sigue abierta porque la razón jurídica que la cerró desapareció por eso que estamos como en el año 1992 en que el Estado está obligado a enjuiciar a los culpables.
El juez resolvió en mayo de este año y considera abierta la causa, ha pedido que la Fiscalía se pronuncie para ver cuál es la presunción, que hará lo que corresponde jurídicamente. Esperamos como Concertación Monseñor Romero que la Fiscalía se pronuncie lo más pronto posible, que haga público su posicionamiento sobre la actuación que debe de seguir en la investigación.
De igual manera, esperamos que la Fiscalía y el juez dictaminen la orden de captura internacional contra el principal implicado, en este caso es el capitán Álvaro Saravia, quien permanece prófugo de la justicia estadounidense, puesto que fue condenado en el año 2004 en California, por el asesinato de Monseñor Romero.
El juez cuarto de instrucción también reconoce que además de salir mencionado Saravia de parte del Estado aparecerán otros nombres que deben ser juzgados, el proceso de juicio va a ir designando a cuáles personas deben ser investigadas.
– ¿Tienen conocimiento de cuál es el estado actual de la investigación que se realiza en el Juzgado Cuarto de Instrucción y de parte de la Fiscalía?
Digamos que nosotros hemos hecho ya varias peticiones, que se reconozca a Tutela Legal María Julia Hernández como querellante, creo que eso va a ser posible. En segundo lugar que se solicite el informe de la Comisión de la Verdad a las Naciones Unidas, porque hay documentación de primera mano que da indicios y pruebas de los responsables del asesinato. En tercer lugar que la Fiscalía active todas las diligencias del Estado para buscar y ampliar las investigaciones, sobre todo, contra las personas que no han sido acusadas formalmente y debe actualizarse la acusación penal por el asesinato de monseñor Romero, eso debe de suceder en los próximos tres cuatro meses.
– Como organizaciones de la sociedad civil ustedes externaron que actuaban bajo un poder judicial del hermano de Monseñor Romero, Gaspar Romero, en el que solicitaba la reapertura del caso, ¿qué considera usted lo motivó para reiniciar este proceso?
Primero, es un deber moral, familiar y ético. En 1994, cuando Monseñor Arturo Rivera y Damas vio que no prosperaba la investigación aquí en el país, que había agotado todas las instancias jurídicas pertinentes, entonces la Iglesia, a través de María Julia Hernández, como directora de Tutela Legal y la familia demandaron al Estado por la no justicia y en el caso de Monseñor Romero ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
La Iglesia, por una parte, de la familia por el otro, con la condición de que este crimen es lesa de humanidad. También surge un tercer interesado que es la sociedad civil, entonces, si es como sociedad todos somos afectados ante este crimen, es un concepto jurídico universal, ahora reconocido. Entonces, las asociaciones de Derechos Humanos podemos sentirnos afectados y también demandar el sistema judicial la actuación pertinente en esta justicia hay razones de los tres sectores para demandar justicia.
–¿Cuál es el papel de la Iglesia salvadoreña en cuanto a este hecho de Justicia?
No actúo en nombre de la Iglesia jerárquica, sino como miembro de la Iglesia, como cristiano soy miembro de la Iglesia, comparto la visión de Iglesia obviamente, digamos que la Iglesia en el caso de Monseñor Romero, la jerarquía para ser más preciso, ha tenido como dos fases del caso. Monseñor Arturo Rivera y Damas tenía una visión clara un pastorado social y de justicia y por eso, él como arzobispo, delegando a María Julia Hernández demanda al Estado, por lo tanto, se mostró activo en impulsar las medidas de justicia en el tema de Monseñor Romero.
Y fue así durante él vivió. Tutela Legal siguió representando a la Iglesia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y de la sociedad, así fue hasta el año 2007 en que el arzobispo de aquel entonces, monseñor (Fernando) Sáenz Lacalle, por razones propias se mostró al margen de la justicia, surgieron así las organizaciones sociales para demandar justicia.
En el caso de la jerarquía actual, no se opondría a la justicia, en varias ocasiones Gregorio Rosa Chávez, como Cardenal, ha externado que se debe de investigar y conocer la verdad, tener las medidas de no repetición y medidas de reparación. La única salvedad es que no están pidiendo cárcel para los actores materiales e intelectuales, sino que conmutar la responsabilidad penal en otras acciones sociales y civiles, esa es la diferencia eso va a depender del proceso de investigación.
– Con la llegada del Cardenal Gregorio Rosa Chávez, que ha venido a impulsar aún más que la feligresía crea y que haya devoción hacia Monseñor Romero, ¿qué esperarían ustedes como organizaciones que también defienden los Derechos Humanos que sea el aporte del Cardenal con respecto a este hecho de justicia?
El papa Francisco apenas llegó como sucesor de Pedro y en el caso de Romero se desbloqueó, la mentalidad en los prejuicios, en el estancamiento que el proceso había tenido en el Vaticano y no solamente eso, sino que lo aceleró, porque eso significa también que reconoce a Romero, en que los otros pontífices invisibilizaron y se identifica con el evangelio profético y liberador de Monseñor Romero y considera también que lo que pasó realmente es que la iglesia en este tiempo debe impulsar y promover el pensamiento y devoción a Romero.
– ¿El papa Francisco conoce sobre el caso de Monseñor Romero, sobre el derecho a justicia?
El papa Francisco, como buen latinoamericano conoce cómo la corrupción de la sociedad llega a la corrupción del Estado, lo mismo en el tema de la impunidad, el tema del populismo, de desigualdad social, de modo que en este contexto la palabra de Romero surge como profeta emblemática.
El Papá le ha dado fuerza, porque es el camino a la iglesia, Romero mismo lo dijo “lo que yo hago no obedece a mis intereses personales, sino al crecimiento progresivo que la iglesia ha llegado con la aplicación del Vaticano segundo y el acuerdo de Medellín”, el Papa siempre defendió eso, de hecho en sus escritos está implícito esta visión. El Papá lo que ha hecho es impulsar que crezca la devoción de este pensamiento de Romero.
– ¿Cuál sería el llamado, ante el centenario del cumpleaños de Monseñor Romero, en torno a la justicia por su asesinato?
Primero retomar la palabra de los obispos de El Salvador al hacer la celebración de tres años, que eran objetivos principales para conocer más a Monseñor Romero, seguir su ejemplo, amor a los pobres, amor por el pueblo, amor por la iglesia, por valores del reino y poner en práctica su pensamiento, sus enseñanzas, su palabra. Esperaría que los actores que han estado al margen de su enseñanza, aprendan a conocerlo. Romero no lo va a politizar, no lo va hacer cambiar, sino que le va a dar Horizontes mayores, vivimos mucho la ideológica política y mucho absolutismo, eso no es democrático ni cristiano, y menos del reino de Dios,
afirmaciones incoherentes.
A mí me escandalizo, me molestó mucho que muchos abogados dicen que el asesinato de Romero es un asesinato común, si te lo dice un abogado que no presume ignorancia es un acto de no admitir la verdad, yo pediría a los salvadoreños que estemos más informados con el sistema de Derechos Humanos actual a nivel nacional e internacional, la justicia como una característica de validación de la auténtica convivencia social.
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