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Estados Unidos acelera deportación de centroamericanos ante crisis por menores migrantes

Por Edgar Calderón
Ciudad de Guatemala/AFP

Unos 450 guatemaltecos, there hondureños y salvadoreños, entre ellos unos 46 menores y sus madres, llegaron el viernes deportados de Estados Unidos, que acelera la expulsión de indocumentados de Centroamérica en un intento por desestimular el éxodo masivo de niños sin acompañamiento.

Tres aviones estadounidenses aterrizaron en la terminal de la Fuerza Aérea, en Guatemala, con 354 migrantes, entre ellos siete niños y cinco madres; al aeropuerto de San Pedro Sula, norte de Honduras, llegaron 31 mujeres y 35 menores, y a El Salvador 26 mujeres adultas y cuatro niños -con sus madres-, según fuente oficiales.

Cargando unos pocos bienes, los deportados caminaron cabizbajos por la pista del aeropuerto de Ciudad de Guatemala, algunas de las mujeres con los menores más pequeños en sus brazos.

Para evitar ser fotografiados por una veintena de periodistas que abarrotaron el lugar, los niños y algunas madres se cubrieron el rostro con prendas de vestir.

Después de pasar el control migratorio, los niños y sus madres abordaron un autobús pagado por el gobierno que los llevaría a sus lejanos lugares de origen, ubicados en cinco departamentos. Un procedimiento similar se siguió en Honduras.

Washington aceleró las deportaciones en momentos en que se vive una crisis humanitaria pues desde octubre pasado unos 57.000 menores sin compañía de adultos, la mayoría de Honduras, El Salvador y Guatemala, fueron interceptados en suelo estadounidense tras emigrar clandestinamente en busca de sus familiares o huyendo de la violencia en sus países.

Una clara señal

Ante la crisis por el creciente flujo de inmigrantes, el presidente estadounidense, Barack Obama, recibirá el 25 de julio en la Casa Blanca a los mandatarios Otto Pérez (Guatemala), Juan Orlando Hernández (Honduras) y Salvador Sánchez Cerén (El Salvador), anunció la Casa Blanca.

Los mandatarios se reunirán antes con el vicepresidente Joe Biden para repasar puntos acordados en una reunión el 20 de junio en Guatemala, a la que también acudieron autoridades mexicanas.

Washington considera las expulsiones como una «clara señal» de que los inmigrantes clandestinos no serán recibidos con «los brazos abiertos» en Estados Unidos, dijo el vocero del gobierno, Josh Earnest.

«Es irónico lo que sucede en este momento, pues Estados Unidos incrementa las deportaciones cuando es el actual gobierno de Barack Obama el que está ofreciendo una reforma migratoria integral y es el que más ha expulsado gente», dijo a la AFP el director nacional de la organización Caritas El Salvador, Antonio Baños.

Las deportaciones aceleradas empezaron el lunes en Honduras, de adultos con niños. Pero hasta ahora Estados Unidos no ha devuelto a niños que viajaron solos porque deben pasar un procedimiento legal que puede demorar meses.

Sin embargo, los gobiernos se preparan para recibir una deportación masiva de menores. Las autoridades hondureñas instalan tiendas de campaña como albergues temporales en los aeropuertos de San Pedro Sula, Tegucigalpa y Palmerola, 75 km al norte de la capital.

«Endurecer las leyes migratorias en Estados Unidos o que aumenten las deportaciones no servirá de nada para frenar la migración indocumentada; los adultos y los niños van a seguir yéndose de nuestra región por la inseguridad y para buscar mejores condiciones económicas», afirmó Baños.

Víctimas de la pobreza y violencia

Muchos de los niños que hacen la peligrosa travesía sin un familiar son llevados por traficantes conocidos como «coyotes», que lucran con el deseo de los padres de alejar a sus hijos de la miseria en sus países y de ser reclutados por las violentas pandillas.

Los gobiernos centroamericanos han anunciado programas para combatir la pobreza, que supera niveles del 60% en los tres países, así como implementar planes para mejorar la seguridad.

«Tenemos que diseñar un plan de desarrollo para nuestro país que permita combatir la inseguridad, la violencia, el narcotráfico y que podamos, de esa manera, llegar a las causas estructurales de ese problema que hace que muchas familias emigren de nuestro país», dijo este viernes la primera dama de Honduras, Ana García, al recibir a los deportados.

Por su parte, el Procurador General de Guatemala, Vladimir Aguilar, aseguró que el Estado guatemalteco no sólo se dedicará «al ámbito emocional, va a tomar medidas concretas para poder combatir las causas, las razones y motivos que originaron ese viaje peligroso».

En el camino, los emigrantes indocumentados están expuestos a bandas criminales que los explotan, los secuestran, les roban y hasta los matan. Los que logran tocar suelo americano trabajan duro para enviar dinero a sus familias, pero si son detenidos y deportados regresan sin nada y hasta endeudados.

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