Washington
Cyril Julien
Estados Unidos acusó el domingo a Canadá de «traición» durante la cumbre del G7, que terminó en un fiasco tras el giro de Donald Trump contra sus aliados, a los que amenazó con nuevos gravámenes.
El sábado, el magnate republicano retiró bruscamente su apoyo a un comunicado final de la cumbre de dos días que se celebró en La Malbaie (Quebec, este de Canadá), pese al compromiso que se había alcanzado luego de arduas discusiones sobre temas comerciales.
El presidente estadounidense reaccionó a declaraciones del primer ministro canadiense Justin Trudeau, quien reiteró el sábado que los aranceles a las importaciones de aluminio y acero impuestos por Estados Unidos eran «insultantes» para su país, vista la historia entre ambas naciones, que pelearon juntas desde la Primera Guerra Mundial.
Así como lo hizo la Unión Europea, Trudeau confirmó que Canadá adoptaría represalias en julio.
Poco antes había alabado el consenso logrado por los siete en el comunicado final, un texto que no resolvía el conflicto en curso pero que fue visto por todos como un paso para aliviar la tensión y avanzar en un diálogo.
«Es una traición, nos engañó, no sólo Trudeau sino los otros miembros del G7», comentó el domingo en CNN Larry Kudlow, el principal asesor económico de Trump.
«Hay un lugar reservado en el infierno para todo dirigente extranjero que se embarque en una diplomacia de mala fe contra Donald Trump y que intente apuñalarlo por la espalda cuando se retira», dijo a su vez en Fox News el asesor del presidente en temas comerciales Peter Navarro.
Trump, que calificó a Trudeau como una persona «deshonesta y débil» en Twitter, había sin embargo avalado el comunicado final, un documento de 28 puntos duramente negociado en el Grupo de los Siete (Estados Unidos, Canadá, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Japón).
«Incoherencia e inconsistencia»
En especial, Trump renovó su amenaza de imponer un alza de aranceles a los vehículos europeos y extranjeros importados a Estados Unidos, un sector que pesa mucho más que el del aluminio y el acero afectado hasta el momento.
Según Kudlow, la reacción del mandatario se debió a que no quiere «dar signos de debilidad» antes de su cumbre con Kim Jong Un sobre la desnuclearización de Corea del Norte.
Trump aterrizó en la mañana del domingo en Singapur, dos días antes de su histórica reunión con el líder norcoreano, un encuentro que estuvo a punto de no celebrarse luego de la brusca decisión del presidente estadounidense de anularlo, antes de volver a convocarlo.
La jefatura de gobierno canadiense afirmó que Trudeau se había limitado a repetir conceptos que ya había formulado anteriormente.
El jefe de la diplomacia alemana, Heiko Maas, acusó por su lado a Trump de «destruir muy rápidamente una increíble cantidad de confianza en un solo tuit», mientras Berlín manifestó su respaldo al comunicado final.
El presidente ruso Vladimir Putin ironizó sobre el «parloteo creativo» de los países delG7 y los invitó a «centrarse en los temas concretos propios de una verdadera cooperación».
En La Malbaie, el G7 rechazó una propuesta de Trump de reintegrar a Rusia, excluida del grupo tras su anexión de Crimea en 2014.
Automóviles alemanes
Estados Unidos es el primer mercado exterior para las marcas europeas de automóviles.
Los automóviles representan en valor la cuarta parte de lo que Alemania exporta hacia Estados Unidos. La parte de mercado de las marcas alemanas para el segmento de automóviles de alta gama supera el 40%, según la federación del automóvil alemana (VDA).
Los actuales derechos de aduana son efectivamente diferentes entre la Unión Europea y Estados Unidos. Europa grava las importaciones de vehículos procedentes de fuera de la UE, incluyendo los estadounidenses, con un 10%.
En Estados Unidos, los Audi, Volkswagen y otros automóviles de origen extranjero tienen una tasa aduanera de 2,5%.
«No sorprende entonces que los alemanes nos vendan tres vehículos por cada automóvil estadounidense exportado hacia Alemania», escribió Peter Navarro en una columna reciente en el New York Times.
Trump se ha quejado a menudo, en privado, de ver muchos Mercedes en Nueva York…pero pocos automóviles estadounidenses en las calles europeas.
Para evaluar la equidad de los intercambios comerciales con sus socios, el multimillonario se concentra en una sola pregunta: ¿Tal país tiene un excedente o un déficit comercial con Estados Unidos?
En el caso de Alemania, se trata de un excedente.
El presidente francés Emmanuel Macron hizo alusión a esa forma de pensar del mandatario norteamericano, al afirmar, durante las negociaciones en La Malbaie, que su país practicaba el libre comercio con Alemania y que pese a ello tenía un déficit comercial con Berlín.
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