Vancouver/AFP
Michel Compte
Estados Unidos y sus aliados estudiaban el martes en Vancouver endurecer las sanciones contra Corea del Norte aunque sin la participación clave de China, días después de que Pyongyang abriera la puerta a conversaciones con su vecino del sur.
Los ministros de Relaciones Exteriores de 20 naciones, presididas por el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, y su homóloga canadiense Chrystia Freeland, iniciaron conversaciones el lunes sobre la crisis causada por los programas de misiles y armas nucleares de Corea del Norte.
La reunión de dos días en Vancouver se produce en medio de cierto alivio de las tensiones en la península coreana, luego de que el Norte y el Sur se reunieran por primera vez en dos años y Pyongyang aceptara enviar atletas a los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang.
Según los dos grandes ausentes Rusia y China, miembros del Consejo de Seguridad de la ONU y de las «conversaciones a seis» (junto a las dos Coreas, Estados Unidos y Japón), estas discusiones sobre la imposición de nuevas sanciones a Corea del Norte se celebran en un mal momento.
«Las partes relevantes más importantes en la península coreana no han participado en la reunión, así que no creo que el encuentro sea legítimo ni representativo», dijo el martes Lu Kang, portavoz de la diplomacia china, que denunció «la mentalidad de Guerra Fría».
El jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, criticó el lunes a «los estadounidenses y a sus aliados», afirmando que quieren «imponer sus puntos de vista basándose exclusivamente en el diktat y el ultimátum (…) sin reconocer la realidad de un mundo multipolar».
En una conversación telefónica este martes, el presidente chino Xi Jinping le dijo a su homólogo estadounidense Donald Trump que la situación en la península vivía actualmente «una evolución positiva», en referencia al diálogo entre las dos coreas.
Xi insistió en que «todas las partes tienen que unir sus esfuerzos para que perdure la distensión actual, que no se ha logrado fácilmente y creó las condiciones necesarias para retomar las conversaciones de paz», dijo Xi Jinping, citado por la agencia china New (Xinhua).
Prohibición marítima
La reunión de Vancouver en pleno acercamiento intercoreano, contrasta con la firmeza de Estados Unidos que propone, según un director del departamento de Estado Brian Hook, «una prohibición marítima» en el mar de Japón con el fin de cortar los suministros de Corea del Norte.
Si los ministros del grupo de Vancouver manifiestan «su acuerdo ante tal medida (…) ésto conduciría a aumentar las tensiones en la región», indicó Elliott Tepper, del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Carleton de Ottawa.
En una entrevista con The Guardian, el ministro británico de Relaciones exteriores, Boris Johnson, dejó ver la impotencia de los diplomáticos presentes en Vancouver.
Aunque respalda a Tillerson en tratar de «crear un consenso internacional» ante el régimen de Pyongyang, Johnson señaló que «al final, quienes realmente pueden arreglar el problema (norcoreano) son los chinos».
El llamado Grupo de Vancouver está conformado por 20 países que lucharon en la Guerra de Corea de 1950-53. Incluye a Australia, Gran Bretaña, Francia, India, Japón, Filipinas y Corea del Sur. Además de ministros, también oficiales militares están presentes en la reunión.
Tras la multiplicación, el año pasado, de lanzamientos de misiles balísticos por parte de Core del Norte, la tensión es palpable en la región. Cuatro días después de la falsa alarma difundida en Hawái, la cadena de televisión japonesa NHK publicó este martes por error en su sitio internet una alerta anunciando que Pyongyang acababa de lanzar un misil y recomendando a la población que buscara refugio.