Manama / AFP
Shaun Tandon
La puerta «sigue abierta» para que los palestinos acepten la parte económica del plan de paz estadounidense, aseguró el miércoles el enviado especial del presidente Trump, Jared Kushner, acusando a los dirigentes palestinos de no preocuparse por su pueblo.
El yerno del presidente Donald Trump presentó en Baréin, durante dos días, en presencia de responsables económicos internacionales, un plan exclusivamente económico tendiente a revitalizar una economía palestina en crisis crónica.
Si los dirigentes palestinos «quieren mejorar las condiciones de vida (de su pueblo), nosotros presentamos un plan formidable con el que pueden comprometerse (…) Seguiremos optimistas. Siempre dejamos la puerta abierta», declaró Kushner.
Al cerrar los debates en un palacio de Manama, el empresario de 38 años precisó que la parte política del plan de paz estadounidense sería revelado «en el momento oportuno».
Los equipos que trabajan sobre el aspecto económico y los que lo hacen en la parte política del plan tendiente a resolver el conflicto israelo-palestino, son distintos, precisó.
Según la Autoridad palestina, que boicoteó la reunión, Kushner esgrime un plan de 50.000 millones de dólares de inversiones en los Territorios palestinos para que la administración Trump, abiertamente proisraelí, imponga una solución desfavorable a los palestinos ignorando su reivindicación de un Estado independiente.
Para la política y universitaria palestina Hanan Ashrawi, este plan estadounidense, «totalmente apartado de la realidad», es «un insulto a nuestra inteligencia».
«La paz económica que ya nos fue propuesta varias veces, y que ya fracasó porque no trata los verdaderos problemas, nos vuelve a ser presentada», añadió. «El elefante en la pieza en Manama es por supuesto la propia ocupación israelí. No fue mencionada ni una sola vez».
Kushner propuso esta iniciativa, bautizada «De la paz a la prosperidad» y la presentó como «la oportunidad del siglo» para los palestinos, golpeados por una crisis económica crónica.
Conocido por su cercanía con Israel, Kushner advirtió a los palestinos, que la aceptación de este plan es una condición previa a todo acuerdo de paz.
El ambicioso objetivo de este proyecto es crear un millón de empleos para los palestinos en 10 años a través de 50.000 millones de dólares en inversiones en proyectos de infraestructuras, educación, turismo y comercio.
– Para el FMI es posible relanzar la economía palestina –
En el segundo y último día de la conferencia, Christine Lagarde, directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), estimó que es posible relanzar la economía palestina y felicitó al enviado estadounidense por haber sido enfático en el tema de la creación de empleos.
«Si hay un plan económico y si hay urgencia, hay que garantizar que se mantenga el impulso», declaró.
El FMI advirtió contra una próxima recesión severa de la economía palestina.
Al citar ejemplos de países que salieron de un conflicto, Lagarde declaró que los inversionistas privados necesitan medidas como el refuerzo del banco central, una mejor gestión de las finanzas públicas y la movilización de ingresos interiores.
Washington ya dio un paso importante al reconocer Jerusalén como la capital de Israel, y transfirió su embajada mientras que los palestinos esperaban hacer de Jerusalén Este la capital del Estado al que aspiran.
Miles de palestinos se manifestaron el martes en Cisjordania ocupada y la Franja de Gaza, donde hubo una huelga contra el plan de paz para Oriente Medio de la administración estadounidense.
– Pérdida de tiempo-
En Manama, en un hecho sin precedente, analistas y periodistas israelíes, invitados por la Casa Blanca, se reunieron el miércoles por la mañana, en las grandes salas, con los funcionarios de los países del Golfo.
El ministro de Estado saudita Mohamed al Shaikh, una de las principales figuras económicas del reino, dijo que espera que el sector privado participe en el éxito del Plan Kushner.
Recordó que la firma de los acuerdos israelo-palestinos de Oslo en 1993 fueron seguidos por un aporte importante de dinero gubernamental.
Pero este optimismo no es compartido con otros países árabes. Jordania y Egipto, los dos únicos países árabes que firmaron un acuerdo de paz con Israel, enviaron a Manama solo funcionarios, y Amán consideró que esta conferencia no podía sustituir un acuerdo de paz político.
El Sultanato de Omán, que rechazó la conferencia, anunció su intención de abrir una «embajada» en los territorios palestinos.
El grupo de expertos estadounidense Soufan Group estimó que a Estados Unidos le será difícil ser considerado como un intermediario imparcial a raíz de la postura del presidente Trump, por lo que esta reunión «ha sido una pérdida de tiempo».