Por Elodie Cuzin
Washington/AFP
El presidente estadounidense quiere estudiar «todas las opciones para terminar con la amenaza» nuclear norcoreana, afirmó un asesor de Donald Trump, y aseguró que el envío de un portaaviones a la península coreana es una medida de precaución.
Anunciada menos de 48 horas después del ataque estadounidense contra una base aérea siria, la decisión de enviar el portaaviones ‘USS Carl Vinson’ y su flota a aguas cercanas a la península coreana, mencionando claramente la amenaza nuclear que representa Pyongyang, sonó a advertencia.
El asesor en seguridad nacional del presidente estadounidense, el general H.R. McMaster, calificó el domingo ese despliegue de medida de «prudencia» frente a un régimen «paria dotado ahora de capacidad nuclear».
Interrogado en la cadena Fox, agregó aparentemente en referencia a los asesores militares de Trump, que el presidente les había «pedido que estuvieran listos para darnos un abanico completo de opciones para terminar con esa amenaza contra el pueblo estadounidense y contra nuestros aliados y socios en la región».
Precisamente uno de esos aliados, el Primer ministro japonés Shinzo Abe, se comunicó telefónicamente con Trump el sábado. Luego de evocar el ataque estadounidense en Siria, apoyado por Tokio, ambos dirigentes «acordaron mantener su cooperación», principalmente «sobre la amenaza que representa Corea del Norte», según la Casa Blanca.
Por su parte, el jefe de la diplomacia estadounidense, Rex Tillerson, estimó que Pyongyang debía tomar nota del ataque estadounidense en Siria.
«El mensaje que todos los países pueden extraer es que si se viola el derecho internacional, si uno viola los acuerdos internacionales, si no se respetan los compromisos, si uno se convierte en una amenaza para los demás, probablemente en algún momento habrá una respuesta» de Estados Unidos, declaró durante una entrevista con la cadena ABC.
«No queremos cambiar el régimen»
Rex Tillerson negó además los rumores sobre un proyecto estadounidense para asesinar al dirigente norcoreano Kim Jong-Un, y comentó que no estaba «al tanto de ningún plan de esa naturaleza».
«No tenemos la intención de cambiar el régimen en Corea del Norte. No es nuestro objetivo (y) por lo tanto las razones para justificar el desarrollo de un programa nuclear en Corea del Norte simplemente no son creíbles», destacó.
El comando norteamericano en el Pacífico anunció el sábado que el ‘USS Carl Vinson’, que inicialmente debía hacer escala en Australia, tomó la ruta del Pacífico occidental desde Singapur «como medida de precaución».
Su portavoz, el comandante Dave Benham, precisó a la AFP que «la amenaza número uno en la región sigue siendo Corea del Norte, a causa de su irresponsable, desestabilizador e imprudente programa de misiles y de la continuación (de sus investigaciones) con vistas a disponer de armas nucleares».
El grupo naval incluye el portaaviones ‘USS Carl Vinson’, su escuadrón aéreo, dos destructores lanzadores de misiles y un crucero también con misiles.
Pyongyang aceleró considerablemente estos últimos meses sus programas balístico y nuclear. Desde el inicio de 2016 realizó su cuarto y quinto ensayos nucleares y un sexto es inminente.
Presión a China
El envío de los buques y las declaraciones estadounidenses tienen lugar inmediatamente después de la primera cumbre entre Donald Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, marcada por una imagen de gran cordialidad entre ambos.
Corea del Norte realizó antes de la cita un nuevo disparo de misil balístico, que el miércoles cayó en el mar de Japón.
Trump y su secretario de Estado insistieron, sin embargo, antes y después de ese encuentro con el principal aliado de Corea del Norte en que, si fuera necesario, Estados Unidos está dispuesto a «actuar por su cuenta» contra el régimen de Pyongyang.
Una amenaza que parece incluso más creíble tras el ataque ordenado el jueves de noche contra la base aérea siria de la que supuestamente despegaron los aviones sirios responsables, según Washington, de un ataque con armas químicas contra el pueblo de Jan Sheijun el martes. Corea del Norte calificó el ataque norteamericano de «acto de agresión intolerable».
Washington pidió «al gobierno chino que tome más medidas» para presionar a Corea del Norte a que abandone su programa de armamento nuclear, precisó el domingo en un tono conciliador Rex Tillerson. «Dijeron que lo harían y yo creo que debemos darles más tiempo para actuar, y nosotros mantendremos conversaciones estrechas con ellos», agregó.