Buenos Aires/AFP
Gerardo Maronna
Estados Unidos expresó hostilidad hacia la OMC por considerar que se alejó de sus fines y que debe repensar las ventajas de países que son tratados como si fueran naciones en desarrollo.
El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lightlizer, fue uno los primeros oradores de la conferencia ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que se abrió el domingo en un contexto crítico hacia el gobierno del presidente Donald Trump.
Lightlizer sostuvo en Buenos Aires que la OMC está más preocupada en resolver pleitos comerciales que en estimular negociaciones comerciales.
«Nos preocupa que la OMC esté perdiendo su enfoque principal y se esté convirtiendo en una organización focalizada en conflictos», aseguró Lightlizer, ante la conferencia ministerial.
Estados Unidos está en el centro de las preocupaciones de la OMC por la batalla del presidente Donald Trump contra los acuerdos de libre comercio y su oposición al sistema de la OMC para la resolución de conflictos comerciales.
En los hechos el organismo encargado de dirimir litigios que van desde controversias agrícolas o tarifarias a guerras entre colosos como la de Boeing contra Airbus, está empantanado. Estados Unidos se niega a aprobar vacantes en esos tribunales.
«La OMC es buena, pero existen serios desafíos», señaló Lightlizer, jefe de la delegación estadounidense a la reunión que congrega a los 164 países asociados a esa organización que debe orientar el comercio mundial.
«La OMC está perdiendo su esencia», insistió. Y agregó: «No podemos sostener una situación en la que las nuevas reglas se aplican solo a unos pocos».
Lightlizer se quejó de que algunos países se benefician de medidas comerciales concebidas para naciones menos desarrolladas. Sin mencionarlo, el funcionario aludió a naciones como China e India.
«Necesitamos clarificar nuestra definición de desarrollo en la OMC», afirmó.
La conferencia, que se extenderá hasta el miércoles, es la primera que la OMC realiza en América Latina.
Además la organización está casi paralizada en su objetivo de liberalizar el comercio mundial trazado en la ronda de negociaciones iniciada en Doha en 2001 y aún inconclusa.
– Azevêdo pide compromiso –
El director general de la OMC, el brasileño Roberto Azevêdo, dijo que pedirá a Lighthizer, «compromiso político, voluntad política y flexibilidad».
«Sin flexibilidad no iremos a ninguna parte», dijo en una rueda de prensa.
Los representantes de los países expresan desde la tribuna de la conferencia sus reivindicaciones comerciales.
Por ejemplo, el representante de Mali abogó por defender su producción de algodón. El de Lesoto, de su lado, dijo que lo esencial para su gobierno es invertir en obras de infraestructura para de esa forma facilitar sus exportaciones de textiles a Estados Unidos y de truchas a Japón.
En las bambalinas se discuten proyectos de resolución y se realizan negociaciones; entre ellas la de un acuerdo para castigar los subsidios a la pesca ilegal que devasta a las economías y al ecosistema.
Un acuerdo sobre ese tema se espera en Buenos Aires junto con otros relativos, por ejemplo, a una disminución de las subvenciones a la actividad agraria.
Las naciones latinoamericanas abogaron por más multilateralismo y menos proteccionismo y lo plasmaron en una declaración de respaldo a la OMC emitida el domingo.
El presidente argentino, Mauricio Macri, hizo una tenaz defensa de la OMC.
«Los problemas de la OMC se resuelven con más OMC. No con menos OMC», dijo el domingo en la apertura.