Por Jean-Louis Doublet
Washington/AFP
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se trenzó en una guerra comercial contra Canadá al gravar la importación de madera para construcción y amenazar con medidas similares contra los lácteos del principal socio comercial de Estados Unidos.
«Canadá ha sido muy duro con Estados Unidos», dijo Trump el martes en un acto en la Casa Blanca.
«Todos piensan que (los canadienses) son simpáticos pero durante años fueron más listos que nuestros políticos. Por eso impusimos esa gran tarifa», declaró.
Tras imponer la noche del lunes tasas a la madera de construcción canadiense, al amanecer del martes lanzó por Twitter un advertencia contra su vecino.
«Canadá ha tornado muy difíciles los negocios de nuestras granjas lecheras en Winsconsin y otros estados de la frontera ¡Cuidado¡», tuiteó.
Washington tomó esa decisión en represalia a los gravámenes que la semana pasada Canadá impuso a productos lácteos estadounidenses.
El primer ministro canadiense Justin Trudeau replicó que responderá con «firmeza».
«Soy educado pero también soy muy firme en la defensa de los intereses de Canadá», dijo en la cadena canadiense CTV News. Añadió que quiere dialogar «respetuosa pero firmemente» con Estados Unidos por los desacuerdos comerciales.
Asociados, también con México, en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), Estados Unidos y Canadá tienen un intercambio comercial anual de casi 545.000 millones de dólares y Washington dice que le genera un déficit de 11.200 millones de dólares.
Empero, al atacar a la madera para la construcción, Trump reanima un diferendo desatado hace décadas.
Las importaciones canadienses de ese tipo de madera llegaron en 2016 a 5.660 millones dólares, según el ministerio de Comercio estadounidense al anunciar que impondrá tasas de entre 3,02% y 24,12% según los productos. Sin embargo de ese total, solo algunos serán afectados por la medida.
Los productores estadounidenses acusan a sus competidores canadienses de dumping al exportar a Estados Unidos a un precio menor al de producción.
Washington cedió «a las presiones del poderoso lobby forestal de Estados Unidos al inclinarse por el proteccionismo», dijo por su parte Alexandre Cusson, vicepresidente de la unión de municipios de Quebeq.
Estimó que el impacto financiero de esa decisión puede superar los 200 millones de dólares solo en la región de Quebec.
La noche del lunes Canadá denunció los «injustos derechos (de aduana) y puniciones» a su madera.
En Estados Unidos no hubo un regocijo generalizado. La decisión de Trump inquieta al sector inmobiliario pues se estima que los costos de construcción de casas podrían aumentar hasta 35% debido a las tasas a la madera canadiense.
Los lácteos en la mira
México parecía hasta ahora el blanco preferido del ímpetu proteccionista de Trump. Sin embargo cargó primero contra su vecino del norte.
«Es una mala semana para las relaciones comerciales estadounidenses-canadienses», admitió el secretario de Comercio Wilbur Ross.
Recordó que una semana atrás Canadá quería bloquear el último lácteo que Estados Unidos le exportaba.
«Esta no es nuestra idea de un acuerdo de libre comercio que funcione bien», dijo.
Trudeau dijo que las disputas por la madera y los lácteos se arrastran desde finales de los 60; o sea antes antes de que su padre, Pierre Trudeau, fuera primer ministro.
«Son problemas recurrentes», dijo y añadió que Trump «tiene la misma posición que el presidente (Barack) Obama».
La semana pasada Trump calificó de «vergonzosas» las restricciones canadienses la importación de concentrados de proteínas de leche.
Canadá alega que quiere reducir los efectos de la sobreproducción del otro lado de la frontera.
La ofensiva proteccionista de la Casa Blanca amenaza a otros países y sectores.
La semana pasada Trump mencionó la posibilidad de tomar medidas contra la importación de acero. Sostuvo que la caída de la producción siderúrgica estadounidense es una amenaza a la seguridad nacional.