Washington / AFP
Estados Unidos calificó de «amenazas a la seguridad nacional» a las firmas chinas de telecomunicaciones Huawei y ZTE y les impidió acceder a subsidios federales por 8.500 millones de dólares para servicios y equipos.
La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) propuso también que otros proveedores cancelen servicios o equipos de esas empresa chinas.
«Ambas compañías tienen cercanos lazos con el gobierno comunista de China y su aparato militar», dijo el presidente de la FCC, Ajit Pai, citando recientes afirmaciones del Fiscal General, Bill Barr, y del director del FBI, Chris Wray.
«Las dos empresas están sujetas a leyes chinas que las obligan a cooperar con cualquier pedido de los servicios de inteligencia y a mantener en ese secreto esas solicitudes. Ambas se involucraron en conductas como robo de propiedad intelectual, sobornos y corrupción».
En una declaración, Huawei dijo que Washington socava innecesariamente sus propios intereses «basado en información selectiva, insinuaciones y presunciones equivocadas».
«Estas acciones injustificadas tendrán profundos efectos negativos en la conectividad para los estadounidenses en áreas rurales y carentes de servicios», dijo Huawei.
La decisión de la FCC incorporó a Huawei y ZTE a la lista de entidades a las que se veta el acceso al «Fondo Universal de Servicio».
«Escuelas rurales, hospitales y bibliotecas sentirán los efectos», dijo Huawei y agregó que esa decisión elevará los precios.
La decisión tomada el viernes sigue a la adoptada en mayo por el presidente Donald Trump para prohibir a las compañías estadounidenses hacer negocios con Huawei, a la que acusa de violar las sanciones impuestas a Irán por la Casa Blanca.
No obstante Trump ha dispuesto varios permisos temporarios a Huawei para de esa forma asegurar la cobertura de áreas rurales de Estados Unidos.
En mayor la FCC también rechazó un pedido de China Mobile para operar en el mercado de Estados Unidos. La agencia invocó también razones de seguridad nacional.
ZTE quedó a un tris del colapso el año pasado cuando las autoridades prohibieron a compañías estadounidenses venderle componentes vitales. Washington alegó entonces que ZTE seguía haciendo negocios Irán y Corea del Norte.