Por Jo Biddle
Kabul/AFP
El secretario de Estado norteamericano John Kerry continuaba este sábado en Kabul su maratón diplomático para intentar poner fin a la crisis política en Afganistán, viagra sale que opone a los dos candidatos a la presidencia y amenaza con sumir al país en el caos.
Tras una larga jornada de reuniones el viernes con los dos presidenciables, order Abdula Abdula y Ashraf Ghani, y con diferentes responsables afganos, las «constructivas» conversaciones, según un responsable estadounidense, terminaron sin embargo en punto muerto.
Kerry se reunió de nuevo este sábado con los dos candidatos a la segunda vuelta de la elección presidencial del 14 de junio, que se acusan mutuamente de beneficiarse de fraudes masivos en las urnas.
El anuncio el lunes de las primeros resultados, que otorgan a Ghani el 56,4% de los votos frente al 43,5% para Abdula, tensó aún más la situación. Este último, que venció en la primera vuelta con el 45% de los sufragios frente al 31,6% de Ghani, considera que le han robado la elección.
Abdula estuvo a punto de proclamarse vencedor el día después de los resultados de la segunda vuelta, tal y como le pedían sus partidarios.
El secretario de Estado norteamericano, que llegó el jueves por la noche, intentó calmar los ánimos un día después. «Por el momento, nadie debe declararse vencedor», dijo Kerry, quien apostó por un «Afganistán unido, estable y democrático» y un proceso electoral «legítimo».
El jefe de la diplomacia estadounidense debe volver a reunirse el sábado con el presidente saliente, Hamid Karzai, antes de viajar a Viena para participar en las negociaciones sobre el programa nuclear iraní.
El objetivo de las negociaciones de Kabul es alcanzar un acuerdo sobre el número de presuntos votos fraudulentos a verificar.
El tiempo apremia
La Misión de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) aportó su granito de arena el viernes, al proponer la verificación de los sufragios en 8.050 colegios electorales, lo que equivale a 3,5 millones de votos.
Ghani aceptó esta propuesta, pero el equipo de Abdula la considera «incompleta». El equipo de este último reclama examinar 11.000 de los 23.000 colegios electorales.
Naciones Unidas considera que esta operación podría tomar dos semanas pero el tiempo apremia. La investidura del nuevo presidente está prevista el 2 de agosto.
Con esta mediación diplomática, Estados Unidos -que desde 2001 financia el país con miles de millones de dólares- quiere evitar los enfrentamientos intercomunitarios que provocaron la guerra civil de 1990, previa a la llegada de los talibanes al poder en 1996.
La etnia pashtún, mayoritaria en el sur, apoya a Ghani, mientras que Abdula, a pesar de tener un padre pashtún, cuenta principalmente con el apoyo de los tayikos del norte.
Tras la retirada de las tropas de la OTAN prevista a finales de este año Washington quiere firmar un tratado bilateral con Kabul para mantener un contingente de 9.800 soldados en el país.