Washington/PL
El Departamento norteamericano de Estado intentó justificar nuevamente la decisión de mantener de forma indefinida la reducción del número de funcionarios de su embajada en Cuba, una medida que varias fuentes consideran politizada.
Mediante comentarios publicados en Twitter por la portavoz Heather Nauert, y aparecidos el martes en su cuenta en español, la agencia federal sostuvo que la postura del secretario de Estado, Rex Tillerson, se debe a la necesidad de ‘proteger a su personal’.
Además, agregó que está en curso la investigación sobre los incidentes de salud reportados por diplomáticos norteamericanos que laboraban en la legación diplomática en La Habana.
Tales padecimientos, que se habrían presentado desde finales de 2016 hasta agosto pasado, fueron usados como argumento en septiembre último para retirar a más de la mitad del personal estadounidense de la embajada en la isla, y también para expulsar a 17 funcionarios cubanos de Washington DC.
El viernes pasado el Departamento de Estado dio a conocer que la reducción de ese personal dejaría de ser temporal y se oficializaría desde el 5 de marzo, al tiempo que mantuvo en el Nivel tres una advertencia de viajes que llama a los estadounidenses a reconsiderar los viajes a Cuba.
Todas esas medidas siguen en pie a pesar de que, luego de meses de investigaciones de ambos países, no existen evidencias sobre estos incidentes de salud que Washington califica como ‘ataques’, ni sobre presuntas causas.
El Departamento de Estado sostiene ahora que Cuba debería centrarse en ayudar a localizar quién o qué es responsable del daño a ciudadanos norteamericanos, cuando los propios representantes de las agencias especializadas que han viajado a La Habana han reconocido la cooperación de la isla en el tema.
Al mismo tiempo, la agencia recordó la obligación de Cuba de proteger a los diplomáticos en cumplimiento de la Convención de Viena, pese a las reiteradas garantías del país antillano de que cumple rigurosamente ese tratado multilateral.
Los comentarios del gobierno estadounidense se dan luego de que la isla y varios sectores norteamericanos criticaran la decisión sobre las medidas y su carácter político.
El director general de Estados Unidos de la cancillería cubana, Carlos Fernández de Cossío, manifestó ayer a la prensa que se trata de posturas guiadas por motivaciones políticas, las cuales ‘se suman a la larga lista de hostilidad que el pueblo de Cuba conoce muy bien’.
De acuerdo con el funcionario, la Casa Blanca actúa con mala intención y apela a la fabricación política, teniendo en cuenta la inexistencia de pruebas sobre los alegados ataques.
A su vez, el bipartidista Grupo de Trabajo sobre Cuba en el Congreso estadounidense consideró decepcionante el anuncio del viernes pasado y llamó a regresar la embajada a su estado operativo completo.
La situación de los diplomáticos en La Habana ha sido muy mal administrada por el Departamento de Estado y altamente politizada por la Casa Blanca y los miembros del Congreso contrarios a la normalización de las relaciones con nuestro vecino, manifestó, a su vez, Collin Laverty, presidente de la agencia Cuba Educational Travel.