Por Chantal Valery
Washington/AFP
Estados Unidos liberará a seis prisioneros del centro de detención de Guantánamo que serán enviados a Uruguay a inicios de agosto, como parte de un acuerdo entre el mandatario Barack Obama y su par uruguayo José Mujica.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, informó al Congreso sobre el traspaso de los prisioneros, que figuran en una lista autorizada para ser liberados, dijo este miércoles a la AFP un funcionario del gobierno bajo condición de anonimato.
Mujica había anunciado en marzo y confirmado en mayo al visitar a Obama en la Casa Blanca, que su país estaba listo para recibir sin condiciones y como personas libres a seis prisioneros de Guantánamo.
«Para nosotros serían seis ciudadanos más que trataríamos que se ubicaran en algunos lugares del país, que trabajaran si quieren y si se quieren ir que se vayan», indicó Mujica la semana pasada a la AFP, al explicar que serán considerados como refugiados y por lo tanto, personas libres.
De los 149 presos que permanecen en la cárcel de la base naval de Estados Unidos en la isla de Cuba -que Obama había prometido cerrar durante su campaña electoral- 78 recibieron una «aprobación de transferencia» del gobierno porque no constituyen una amenaza para Estados Unidos.
«Estados Unidos agradece a nuestro socio, Uruguay, por este importante gesto humanitario y agradece la generosa ayuda del gobierno uruguayo mientras continuamos nuestros esfuerzos para cerrar el centro de detención de Guantánamo», se felicitó Ian Moss, un portavoz del Departamento de Estado.
El traspaso a Uruguay será el más numeroso de hombres liberados simultáneamente desde hace varios años. Durante el gobierno de Obama, 89 reclusos han salido de Guantánamo, de los cuales medio centenar fueron enviados a terceros países, dijo Moss.
12 años de cárcel
Pero en los últimos meses se han acelerado las transferencias, con una docena de prisioneros liberados.
Obama «le pidió a un montón de países si podían darle refugio a algunos y yo le dije que sí», había dicho el presidente uruguayo, un exguerrillero que estuvo preso por más de 13 años desde la década del 1970 y que ha enmarcado su decisión en una cuestión de derechos humanos.
El último traslado de detenidos fue a fines de mayo, con la polémica liberación de cinco miembros de los talibanes -que no figuraban en la lista autorizada-, a cambio del sargento estadounidense Bowe Bergdahl. El Congreso entonces no fue notificado de esa liberación.
Entre los detenidos que se trasladarán a Uruguay figura un sirio, Abu Wa’el Dhiab, en huelga de hambre en Guantánamo y que acudió a un tribunal de Washington para evitar ser alimentado por la fuerza, una situación que asimila con la tortura.
Cuando la liberación de los seis hombre sea efectiva, quedarán 143 detenidos en Guantánamo, encerrados en su mayoría por más de 12 años sin acusación ni juicio en esta prisión creada tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
De los 779 hombres que pasaron por sus celdas, ocho fueron declarados culpables por un tribunal militar especial, pero la condena de dos de ellos fue revertida en una apelación. Otros siete enfrentan procesos ante la justicia militar especial estadounidense y 23 son susceptibles de ser enjuiciados.