Washington/AFP
El candidato de Donald Trump para el Departamento de Seguridad Interior dijo este martes que Estados Unidos necesita una «mayor asociación» con países en América Latina para mantener la seguridad en su frontera sur.
«La defensa de la frontera sur empieza 1.500 millas al sur, asociándonos con grandes países como Perú» para cooperar en la lucha contra las drogas, dijo John Kelly, uno de tres generales en el futuro gabinete de Trump.
«Podríamos tener mejores asociaciones», afirmó Kelly, quien entre 2012 y 2016 dirigió al Comando Sur, la dependencia del ejército estadounidense encargada de América Latina, durante una audiencia de confirmación en el Senado.
Sobre el muro limítrofe con México, promesa central de la campaña de Trump, el exmarine de 66 años indicó que una «barrera física por sí sola no sería suficiente» y afirmó que el uso de tecnología de vigilancia sería una «parte importante» de la solución fronteriza.
Ante la Comisión de Seguridad Interior del Senado, Kelly abordó el problema de las drogas, denunciando tanto el auge de los carteles al sur de la frontera, así como la demanda al norte de ella.
Señaló que el «100%» de la heroína que se consume en Estados Unidos es producida en México, pero «se está extendiendo al sur hacia América Central».
«Los ingresos son increíbles para los carteles (…) por eso creo que todo (el problema) se trata de la demanda» de drogas ilegales, señaló el general, también cuestionando la proliferación de fármacos legales.
«Somos una sociedad extremadamente medicada», dijo.
Kelly señaló que al cortar la demanda interna de narcóticos Estados Unidos estaría ayudando a México y América Central a reducir «los terribles niveles de violencia» provocada por los choques entre traficantes, y que ha empujado a miles de personas, incluyendo niños solos, a migrar clandestinamente hacia el norte.
Su propuesta, que también incluye colaboración con los gobiernos centroamericanos para mejorar sus fuerzas del orden, es similar a un plan del presidente Barack Obama para generar oportunidades económicas en esos países y frenar la inmigración descontrolada.
«La mayoría de ellos no vienen por otro propósito que tener oportunidades económicas y escapar de la violencia», dijo.
Lanzada por Obama y los presidentes de Honduras, El Salvador y Guatemala, la Alianza para la Prosperidad contempla un aporte de 750 millones de dólares entre 2015 y 2019 para generar oportunidades económicas y disminuir la violencia.