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Cuba denuncia que la política de embargo de Estados Unidos está obstaculizando sus compras de medicamentos y de respiradores, mientras sigue enviando brigadas médicas al extranjero para colaborar en el combate contra la pandemia de coronavirus.
Según informó este lunes la Cancillería cubana, dos empresas médicas que habitualmente suministraban a la isla equipos de ventilación artificial, claves para el tratamiento de los casos graves de coronavirus, suspendieron sus relaciones comerciales con la isla tras ser adquiridas por una corporación estadounidense.
Se trata del fabricante suizo IMT Medical y de la empresa Autronic. Estas empresas han pasado a formar parte de la corporación estadounidense Vyaire Medical, y tras la incorporación expresaron su incapacidad para seguir haciendo negocios con Cuba.
“Lamentablemente, la directriz corporativa que tenemos hoy día es suspender toda relación comercial con Medicuba; la única forma en que podemos reanudar el trabajo conjunto es por medio de una licencia de la OFAC [Oficina de Control de Activos Extranjeros] que expide el Departamento del Tesoro de Estados Unidos y que todavía no tenemos”, notificaron las firmas a la compañía estatal cubana que se encarga de la importación de suministros médicos, dijo el director general de América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores, Eugenio Martínez, ex embajador de Cuba en España.
Washington sostiene el bloqueo comercial desde el 14 de marzo de 1958 con modalidades que, salvo un pequeño período al final de la era Obama, e ha ido endureciendo y expandiendo a pesar de los pronunciamientos en contra de la ONU.
A través del mismo dificulta sistemáticamente el acceso a todo tipo de mercancías y servicios, lo que se traduce ahora, en plena pandemia, en restricciones en los medicamentos y suministros médicos que necesita la isla. Así, Cuna se ve obligada a adquirirlos en mercados mucho más lejanos, como China, pagando el transporte y sufriendo demoras innecesarias. “Hay un grupo de recursos que nosotros adquirimos y que si los pudiéramos comprar en Estados Unidos nos favorecería, porque es un mercado mucho más cercano”, aseguró el vicepresidente de Medicuba, Lázaro Silva.
Según el diario oficial Granma, una donación de mascarillas, kits de detección y respiradores por parte del empresario chino Jack Ma, fundador de la compañía Alibaba —que ya ha donado grandes cantidades de esos productos a países de Europa, Asia, Estados Unidos y Latinoamérica, afectados por la Covid-19— no pudo llegar a la isla. La compañía de transporte estadounidense contratada para realizar el envío “declinó hacerlo en el último momento”, asegura La Habana, aduciendo que el embargo en vigor se lo prohíbe.
Las autoridades aseguran que el año pasado las pérdidas del sistema de salud por las sanciones ascendieron a 160 millones de dólares, por lo que piden el levantamiento inmediato del embargo para hacer frente en mejores condiciones a la pandemia de la Covid-19.
Mientras tanto, Cuba continúa con su política de diplomacia médica. Este lunes llegó a Italia una segunda brigada sanitaria, compuesta por 21 médicos y 17 enfermeras que trabajarán en Turín, una ciudad severamente afectada por la epidemia. El equipo, integrado por especialistas en terapia intensiva, epidemiólogos, neumólogos y médicos integrales, se suma al contingente de 53 sanitarios enviados a Lombardía a finales de marzo. La mayoría del personal sanitario que integra la brigada ya prestó servicio con anterioridad en situaciones de desastre y crisis sanitarias internacionales, incluido el brote de Ébola en África.
En estos momentos, cerca de 1.200 profesionales cubanos de la salud ofrecen su colaboración en la lucha contra el coronavirus en 19 países, la mayoría del Caribe y América Latina, pero también en Angola, Togo, Italia y Andorra. En total, cerca de 30.000 profesionales médicos —la mayoría en Venezuela— trabajan hoy en 60 países, una colaboración que Estados Unidos critica por considerarla un arma de propaganda y porque las autoridades de la isla supuestamente “explotan” a sus médicos.
La Habana considera las acusaciones como un insulto y retan a la Administración de Donald Trump a enviar ayuda a los países que lo necesitan en vez de continuar con su política de asfixia económica contra la isla.
En Cuba han sido diagnosticados 726 casos y 21 fallecidos, pero las autoridades advierten de que en los próximos días el número de contagios aumentará.
Los pronósticos apuntan a que aproximadamente dentro de un mes la isla registre el pico de la epidemia. Cuba suspendió el transporte público este fin de semana, cerró las superficies comerciales más grandes y endureció las medidas de aislamiento, sin llegar todavía a establecer una cuarentena nacional obligatoria.
Reducir las grandes colas en las tiendas, provocadas por el desabastecimiento crónico de artículos de primera necesidad, se ha convertido en el gran reto en la batalla contra el coronavirus en la isla.