Washington/AFP
El departamento estadounidense de Seguridad Interior (DHS, viagra en inglés) prepara un operativo de deportación de «centenas» de inmigrantes indocumentados centroamericanos en las próximas semanas, aseguró el diario The Washington Post, citando fuentes anónimas.
De acuerdo con el diario, la dirección del DHS aún no emitió la autorización final para la operación, pero los planes se concentran en el arresto y deportación de adultos y menores cuya remoción del país ya fue ordenada por un juez de inmigración.
Esos adultos y menores de edad clandestinos serían «detenidos donde sean encontrados e inmediatamente deportados. Se espera que el número (de deportados) se sitúe en las centenas, o tal vez más», afirmó el diario.
En su mayoría, se trata de personas que poseen antecedentes criminales, o que al ingresar a Estados Unidos presentaron una demanda de refugio pero cuyo pedido fue rechazado por la justicia.
El Salvador no tardó en reaccionar a la revelación.
«Es una lamentable decisión» que afecta «a nuestras familias salvadoreñas», dijo a la AFP la viceministra para Salvadoreños en el Exterior, Liduvina Magarín, quien indicó que fue informada de la decisión por la embajada estadounidense en San Salvador.
De acuerdo a la viceministra salvadoreña, ciudadanos de Honduras y Guatemala también serán afectados por la decisión.
No obstante, consultado por la AFP, el DHS se negó a confirmar la operación, aunque la portavoz Gillian Christensen recordó que la normativa adoptada en noviembre de 2014 establece como prioridad la deportación de individuos que recibieron orden judicial de remoción desde el 1 de enero de ese año.
Agregó que las fronteras no están abiertas a la inmigración ilegal, y que aquellos que no califican para asilo u otro tipo de ayuda y tienen orden de remoción, serán deportados.
Retroceden detenciones en la frontera
La versión del Post sobre esta operación se conoce dos días después que el DHS anunció las estadísticas oficiales sobre inmigración ilegal en el año fiscal 2015, que muestran claramente un retroceso en el número de detenciones en la frontera al segundo menor nivel desde 1972.
De acuerdo con las cifras divulgadas, las detenciones de ciudadanos mexicanos se redujeron en 18% con relación al año fiscal 2014, al tiempo que los casos con ciudadanos provenientes de países de América Central cayeron 68%.
En tanto, en el año fiscal 2015 el DHS condujo 426.463 deportaciones o expulsiones de inmigrantes en situación irregular.
Además, la oficina de Inmigración (ICE) «removió o retornó» a 235.413 individuos a su país de origen, y destacó que la absoluta mayoría de ellos eran personas con antecedentes criminales.
No obstante, la Patrulla Fronteriza indicó que la detención de inmigrantes ilegales en octubre y noviembre casi se duplicó respecto al mismo periodo del año pasado, aunque estos datos forman parte del año fiscal 2016 (que va de octubre de 2015 a septiembre de 2016).
También aumentaron en un 106% los arrestos de niños migrantes no acompañados, alcanzando 10.588 casos.
En el verano boreal de 2013 Estados Unidos vivió una súbita oleada migratoria, con la llegada de miles de niños sin compañía de adultos, principalmente de Centroamérica, que huyen de la pobreza y la violencia.
La crisis conmocionó al país y obligó al gobierno a decretar medidas de emergencia ante un inminente desastre humanitario.
El gobierno centralizó en el DHS todas las tareas de rediseñar su seguridad fronteriza, y con ello los números de la oleada migratoria comenzaron a declinar.
Donald Trump, el precandidato presidencia republicano favorito, se alegró de la propuesta. «Wow, gracias a la presión que puse, comenzarán las expulsiones a gran escala. ¡Ya era hora!», escribió en un tuit el magnate, conocido por sus declaraciones contra los inmigrantes.
Por su parte, Hillary Clinton, aspirante presidencia favorita entre los demócratas, dijo estar «muy preocupada» por el tema.
«Nuestro país debe servir de refugio a aquellos que lo precisan. Y debemos guiarnos por un espíritu de compasión y de generosidad cuando tratamos estos asuntos», declaró su portavoz Xochitl Hinojosa en la cadena CNN.
Honduras resignado
El gobierno de Honduras expresó su resignación este lunes para recibir a miles de ciudadanos que Estados Unidos podría deportar el próximo año, aunque existe preocupación por el impacto que tendría un retorno masivo de emigrados.
«Honduras es respetuosa de la política migratoria de cada país, en este caso de los Estados Unidos», expresó la Cancillería en un comunicado.
«Hasta la fecha la única información oficial recibida por parte del gobierno americano es que sólo se van a retornar a Honduras aquellas personas que tienen una orden final de deportación, después de haber concluido todos los procedimientos legales», explicó la Cancillería.
La «red consular acreditada en Estados Unidos ha sido debidamente informada, contando con personal capacitado para garantizar que en todo momento se respeten los derechos humanos de nuestros compatriotas, velando que efectivamente se han agotado todas las instancias legales» antes de la deportación, apunta la declaración.
Aracely Romero, una de las encargadas del Centro de Atención del Migrante
Retornado (CAMR), manifestó que «tiene que haber un plan para recibirlos» si se produce esa deportación masiva, al tiempo que encordó que el CAMR asiste a los deportados desde el 2000 con alimentación y transporte a sus lugares de origen.
El CAMR asistió a 19.000 retornados en 2015, cifra muy inferior a los 36.416 de 2014, debido al bloqueo de la frontera por parte de las autoridades norteamericanas, a raíz de la crisis humanitaria provocada por el ingreso de unos 60.000 niños centroamericanos no acompañados por adultos.
La Cancillería afirmó en el comunicado que «con grandes esfuerzos, el gobierno ha logrado reducir en un 70% la migración de niños, niñas y adolescentes no acompañados, siendo el único país del triángulo norte de Centroamérica, con reducciones en la migración al cierre del 2015».