Bagdad/AFP
Estados Unidos promete mano dura contra los yihadistas y seguirá atacándolos por aire en Irak, sovaldi pese a la amenaza del Estado Islámico de ejecutar a otro rehén norteamericano después del periodista James Foley.
La ONU se sumó a la presión criticando este viernes por boca de su Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Navi Pillay, la «parálisis» de la comunidad internacional, que según ella está dando alas «a los asesinos, los destructores y los torturadores en Siria e Irak».
En medio de las divisiones internacionales, que impiden encontrar una salida negociada al conflicto sirio, Washington y varios aliados europeos han optado por entregar armas a las fuerzas kurdas de Irak que luchan contra el Estado Islámico, fogueado en la guerra de Siria, donde controla una buena parte del norte del país.
Estados Unidos está preparando además una estrategia a largo plazo para erradicar a este grupo sunita ultrarradical, calificado de «cáncer» por el presidente Barack Obama.
Después de recuperar el domingo la represa de Mosul, la más grande de Irak, con el apoyo aéreo del ejército norteamericano, los kurdos han lanzado una contraofensiva contra los yihadistas en el norte y este viernes intentaban arrebatarles la ciudad de Jalawla.
Estados Unidos, que el 8 de agosto empezó a bombardear por aire a los yihadistas para prevenir un «genocidio» contra minorías religiosas como los yazidíes y los cristianos, ha subido todavía más el tono desde el espantoso asesinato del periodista James Foley, difundido este martes.
El EI es más «sofisticado y mejor financiado que cualquier otro grupo que hayamos conocido. Va más allá que cualquier otro grupo terrorista», declaró el jueves el secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel.
Ahora, el EI amenaza con matar a un segundo rehén norteamericano, Steven Sotloff, también periodista, si siguen las operaciones aéreas del ejército estadounidense en Irak.
Luchar contra los yihadistas en Siria
No obstante, para derrotar a este grupo sunita radical que proclamó el «califato» en los territorios bajo su control en Irak y Siria, habrá que atacarlo en ambos países, según el jefe de Estado Mayor norteamericano, el general Martin Dempsey.
«Esto será posible cuando tengamos una coalición capaz de derrotar al Estado Islámico», según el general Dempsey.
El miércoles, Obama llamó a «los gobiernos y los pueblos de Oriente Medio» a ayudar a Washington contra el EI.
En el norte de Siria, precisamente, 70 yihadistas murieron desde el miércoles en combates contra el ejército del régimen de Bashar al Asad, sancionado por Washington y la UE por su represión implacable de la oposición desde el inicio de la guerra civil en 2011.
El jueves, Estados Unidos mantuvo la presión sobre los yihadistas con seis nuevos ataques aéreos contra sus posiciones en Irak, cerca de la presa de Mosul. Desde el inicio de la campaña aérea el 8 de agosto, Washington ha efectuado 90 ataques.
Por su lado, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados prosigue su operación logística masiva para garantizar la entrega de ayuda en el norte de Irak a medio millón de personas que huyeron del EI, en su mayoría cristianos y yazidíes.