Washington / AFP / Prensa Latina
Estados Unidos anunció el viernes la reducción drástica de sus vuelos a Cuba con el fin de limitar los ingresos de la isla, que según Washington contribuyen a financiar «la continua represión al pueblo cubano y su apoyo desmesurado al dictador Nicolás Maduro en Venezuela».
El secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo que los vuelos chárter solo se permitirán a La Habana, no a otros aeropuertos, un paso que ya se había dado con viajes comerciales.
«La medida de hoy evitará que el régimen cubano se beneficie de servicios chárter ampliados tras la decisión del 25 de octubre de 2019, que suspendía el servicio aéreo comercial a aeropuertos de Cuba que no fueran el de La Habana», dijo Pompeo en un comunicado.
Las restricciones «limitarán aún más la capacidad del régimen cubano de obtener ingresos, que utiliza para financiar su continua represión del pueblo cubano y su apoyo desmedido al dictador Nicolás Maduro en Venezuela», dijo Pompeo en una declaración.
Al suspender los vuelos chárter públicos a nueve aeropuertos cubanos, Estados Unidos dificultará al régimen cubano el acceso a divisas de los viajeros estadounidenses, dijo el comunicado.
El presidente Donald Trump ha cambiado de manera drástica el curso de la relación con Cuba establecido por su predecesor, Barack Obama, quien había lanzado una apertura hacia la isla.
Obama visitó La Habana y consideró como un fracaso el esfuerzo que Estados Unidos hizo por más de medio siglo para derrocar al gobierno comunista de Cuba.
– Cuba rechaza escala hostil –
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, rechazó ‘enérgicamente’ la nueva prohibición del gobierno del presidente Donald Trump.
En su cuenta en Twitter, el ministro de Relaciones Exteriores suscribió que se trata de una ‘grave violación de derechos humanos, de libertad de viajar estadounidenses y obstaculiza reunificación familiar. #CubaVsBloqueo’.
La medida se suma a la amplia lista de disposiciones agresivas adoptadas por la administración Trump contra la nación caribeña, las cuales buscan, entre otros objetivos, reducir considerablemente las visitas de los estadounidenses, luego de varios años de grandes incrementos en el número de viajes a la isla.