Washington/AFP
El gobierno de Donald Trump considera la posibilidad de separar a los niños de sus padres cuando las familias sin papeles son arrestadas al llegar a Estados Unidos, con el fin de desalentar la inmigración clandestina, informaron varios medios estadounidenses citando a responsables bajo petición de anonimato.
El Departamento estadounidense de Seguridad Interior (DHS, por sus siglas en inglés) «examinó cambios de procedimiento, de política, de regulación» para oponerse a la inmigración clandestina, y algunas medidas «han sido aprobadas», declaró sin dar más detalles Tyler Houlton, portavoz del DHS, al Washington Post.
Varios responsables del DHS, de los servicios de inmigración (Immigration and Customs Enforcement, ICE) y de la Casa Blanca mencionaron de forma anónima a los diarios Washington Post y New York Times (NYT) una propuesta que estaría dirigida a las familias.
Actualmente la presencia de menores limita legalmente la capacidad de los servicios migratorios para mantener a las familias en centros de detención, de forma que padres e hijos son, por lo general, liberados rápidamente, con la obligación de comparecer enseguida ante un juez.
La propuesta evocada por los responsables estaría encaminada a separar a los padres de sus hijos para poder mantener a los adultos arrestados, mientras los servicios sociales se hacen cargo de los niños.
La idea ya fue mencionada en marzo por el jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, que entonces era secretario de Seguridad Interior.
«Trataremos bien a esos niños mientras nos ocupamos de sus padres», afirmó entonces a la CNN.
La propuesta desencadenó una gran indignación y fue aparcada entonces, mientras la nueva administración parecía cumplir sus objetivos con un descenso récord de las entradas ilegales en Estados Unidos en 2017. Sin embargo, las detenciones en la frontera aumentaron de nuevo en noviembre.
Otra propuesta descrita por el NYT y el Washington Post estaría vinculada a los menores que llegan solos a Estados Unidos y de los que se hace cargo un allegado que ya se encuentra en el país.
En ese caso, se trataría de reforzar los controles para ver si los adultos están en regla con los servicios de inmigración y se podrían efectuar redadas en los domicilios de acogida de los menores abriendo la vía a la detención de adultos en situación ilegal, según revela el NYT.