Naciones Unidas/AFP
Philippe Rater
Estados Unidos agregó un nuevo sector, el de los emigrantes y refugiados, a una extensa lista de proyectos o acuerdos internacionales de los cuales Donald Trump decidió retirar a su país para disgusto de los partidarios del multilateralismo.
«La misión estadounidense ante la ONU informó a su secretario general que Estados Unidos terminará con su participación en el Pacto Mundial sobre la migración», señaló en un comunicado el gobierno de Trump.
En septiembre de 2016, los 193 miembros de la Asamblea General de la ONU aprobaron por unanimidad un texto denominado Declaración de Nueva York para los refugiados y emigrantes con el propósito de mejorar en el futuro su gestión internacional (acogida, ayuda a quienes retornaban…).
Sobre la base de esa Declaración, el Alto Comisionado para los Refugiados recibió el mandato de proponer un Pacto Mundial sobre emigrantes y refugiados en su informe anual a la Asamblea General en 2018. Ese Pacto debería basarse en dos ejes: definición de un marco de respuestas para enfrentar ese problema y un programa de acción.
«La declaración de Nueva York abarca muchas disposiciones que son incompatibles con las políticas estadounidenses de inmigración y refugiados y con los principios dictados por la administración Trump en materia de inmigración», señaló el comunicado emitido por la misión estadounidense ante la ONU.
«En consecuencia el presidente Trump decidió detener la participación de Estados Unidos en la preparación del pacto que apunta a obtener un consenso en la ONU en 2018», añadió el texto.
Desde que asumió sus funciones en enero, el republicano Donald Trump se propuso hacer lo contrario a lo acordado en varias disposiciones o compromisos asumidos por su predecesor demócrata Barack Obama. Varias medidas ya han apuntado al sector de la inmigración en Estados Unidos.
Soberanía estadounidense
«Estados Unidos se enorgullece de su herencia en materia de inmigración y de su liderazgo en el apoyo a poblaciones de emigrantes y refugiados en todo el mundo», destacó en el comunicado la embajadora estadounidense en la ONU, Nikki Haley, pero «el enfoque mundial de la Declaración de Nueva York es incompatible con la soberanía estadounidense».
«Nuestras decisiones sobre las políticas de inmigración deben siempre ser tomadas por los estadounidenses y solo por los estadounidenses», advirtió Haley, quien tiene rango de ministro en Estados Unidos y es una fiel aliada del presidente Trump.
«Las migraciones son un problema mundial que reclama una respuesta mundial», replicó en un comunicado el presidente en ejercicio de la Asamblea general de la ONU, el jefe de la diplomacia eslovaca, Miroslav Lajcak, quien deploró la decisión estadounidense.
«Y el multilateralismo sigue siendo el mejor medio para enfrentar a los desafíos mundiales», añadió Lajcak, citado por su portavoz, Brenden Varma.
«Lamentamos la decisión, aunque hay todavía mucho tiempo para un nuevo compromiso estadounidense», declaró el domingo Farhan Aziz Haq, portavoz del Secretario general de la ONU, Antonio Guterres, aludiendo al inicio de las negociaciones formales previsto en febrero.
Para Amnistía Internacional, el retiro estadounidense representa «una abdicación devastadora de responsabilidad en las mayores crisis de refugiados en el mundo».
El primer año de presidencia de Trump ha estado marcado por varios retiros espectaculares de acuerdos internacionales o de proyectos de acuerdos que implican a varios países del mundo.
Aún con el riesgo del aislamiento, Estados Unidos, primera potencia mundial, se convirtió en el único país que no quiere formar parte del Acuerdo de París (2015) que apunta a limitar el calentamiento climático en el planeta. Washington decidió también recientemente retirarse de la Unesco, la organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, a la cual Trump acusa de tener prejuicios contra Israel.
En otro terreno, la lucha contra la proliferación nuclear, el presidente estadounidense no reconoce más que Irán respeta un acuerdo internacional de 2015 que apunta a garantizar el carácter pacífico de su programa atómico. Esta posición es un primer paso hacia un posible fin para este acuerdo.
El retiro estadounidense del proyecto de Pacto Mundial sobre emigración ocurre en momentos en que el Consejo de seguridad de la ONU multiplicó en noviembre las reuniones sobre el tema migratorio. Tras la crisis de emigrantes y refugiados que intentan llegar a Europa, el tema se agudizó con el éxodo masivo desde agosto de los rohinyás de Birmania hacia Bangladés y con las informaciones sobre la existencia de mercados de esclavos en Libia.
A este respecto, nueve países europeos y africanos, la ONU, la Unión Europea y la Unión africana, terminan de aliarse para decidir llevar a cabo «operaciones de evacuación de urgencia en los próximos días o semanas» de emigrantes víctimas de traficantes en Libia.