Por Rob Lever
Washington/AFP
El Ejército de Estados Unidos dio un paso atrás en las directivas publicadas el año pasado que equiparaban a los corresponsales de guerra con espías, sugiriendo que en algunos casos los reporteros podían ser tratados como «beligerantes».
El Pentágono actualizó el viernes su Manual Legal de Guerra, que proporciona orientación y consejos jurídicos a los comandantes militares, eliminando lenguaje que había provocado críticas por parte de las organizaciones noticiosas.
El manual actualizado «contiene una revisión sustancial de la sección sobre los periodistas» que refleja «el aporte de los medios de comunicación», dijo el Departamento de Defensa en un comunicado.
«Después de la publicación del manual del año pasado, los abogados del Departamento de Defensa recibieron preocupaciones de parte de los medios de comunicación y se comprometieron en un productivo y reflexivo diálogo con periodistas, que ayudó a mejorar el manual y a comunicar con mayor claridad el apoyo del Departamento para la protección de los periodistas en el marco del derecho de la guerra», dijo la directora del departamento jurídico del Pentágono, Jennifer O’Connor.
«La misión del Departamento es la defensa de las mismas libertades que los periodistas ejercen», indicó.
El manual actualizado declara que «en general, los periodistas son civiles protegidos» y «involucrarse en el periodismo no constituye participar en las hostilidades».
En una conferencia en la que participaron organizaciones noticiosas y grupos que defienden los derechos de medios, Charles Allen, el subdirector del departamento jurídico, dijo sobre el lenguaje: «éstos son los matices y los asuntos que yo no entendía, por lo que son de gran ayuda estas reuniones» con los medios.
Allen dijo que la versión anterior puede haber sido «demasiado contundente» en algún lenguaje.
«Creo que tenemos un mejor trabajo para que los asesores legales usen en el campo», agregó.
Uno de los cambios clave que señaló en la actualización fue que «siempre que sea posible, deben hacerse esfuerzos para diferenciar entre las actividades de los periodistas y las actividades de las fuerzas enemigas para que las actividades de los periodistas (…) no den lugar a una conclusión errónea de que un periodista es parte de las fuerzas enemigas».
Eso cambió las palabras claves, que pedían a los periodistas «diferenciarse de las fuerzas militares» al informar sobre actividades bélicas.
El manual del año pasado decía que «informar sobre operaciones militares puede ser muy similar a la recopilación de inteligencia o incluso el espionaje» y declaraba que los periodistas, para evitar ser confundidos con espías, «deben actuar abiertamente y con la autorización de las autoridades pertinentes».
«Actividad cada día más peligrosa»
Otra frase que generó objeciones el año pasado fue que los periodistas podían en ciertos casos ser considerados «beligerantes sin privilegios».
Tras la publicación en 2015, varios medios de comunicación protestaron, entre ellos la Agencia France-Presse, que participó en la revisión de las reglas con el Pentágono.
El grupo Reporteros Sin Fronteras había expresado que los cambios del año pasado eran «el tipo de prácticas que ciertos países represivos como Irán, Siria y China buscarían para apoyar prácticas de censura y criminalización de los periodistas».
El New York Times también solicitó modificaciones en el lenguaje, advirtiendo que podría hacer que el trabajo de los periodistas fuese «más peligroso, engorroso y sujeto a censura».
Para la actualización del 2016, los funcionarios de defensa «se reunieron con periodistas y grupos de apoyos de medios y escucharon sus comentarios y sugerencias sobre como mejorar esa parte del manual», dijo el Pentágono en su comunicado.
«El Departamento de Defensa es una institución de aprendizaje», declaró el portavoz del Pentágono, Peter Cook.
«Apreciamos la disposición de los periodistas para compartir sus preocupaciones de forma constructiva con el departamento legal. Los cambios en el manual reflejan el esfuerzo del departamento para abordar estas preocupaciones y aclarar el lenguaje específico», añadió.
Delphine Halgand, la directora de Reporteros sin Fronteras en Estados Unidos, dio la bienvenida al nuevo lenguaje, expresando que «esperamos que esta actualización ayude a mejorar la seguridad de los periodistas que cubren conflictos, una profesión que se convierte cada día en una actividad más peligrosa».