Washington / AFP
La administración del presidente Donald Trump anunció el miércoles un plan que permitiría la importación de medicamentos de prescripción de más baratos desde Canadá, en una medida denunciada como «peligrosa» por la industria farmacéutica.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), los estadounidenses pagan una media de 1.200 dólares al año en medicamentos recetados, más que los ciudadanos de cualquier otro país.
El precio de la insulina, vital en el tratamiento de la diabetes, se ha más que triplicado en la última década, obligando a muchos pacientes no asegurados a racionar sus dosis, introducirlas de contrabando desde Canadá o México, o incluso elegir entre el tratamiento y otros gastos básicos como el alquiler.
«Los estadounidenses merecen protección ante los altos precios y merecen un sistema de salud que les proporcione cuidados asequibles centrados en el paciente», dijo Alex Azar, secretario del Departamento de Salud (HHS), cuando anunció el Plan de Acción de Importación Segura.
«¡Hay que bajar los precios de los medicamentos para muchos estadounidenses, incluidos nuestros ancianos!», tuiteó Trump, quien ha criticado en diversas ocasiones el aumento de precios de los medicamentos recetados en Estados Unidos, saludando la iniciativa.
El mandatario también apoya un proyecto de ley bipartidista en el Senado para limitar los precios.
Pero la agrupación de empresas investigadoras y desarrolladoras de medicamentos en Estados Unidos (Pharmaceutical Research and Manufacturers of America) aseguró que el plan pondría en peligro a los estadounidenses.
«El esquema de importación del gobierno es muy peligroso para los pacientes estadounidenses», dijo el CEO Stephen Ubl, y agregó que «las fuerzas de seguridad han advertido repetidamente que los esquemas de importación podrían empeorar la crisis de los opioides y poner en peligro la seguridad pública».
Ubl añadió que el plan era un «artilugio» e instó al gobierno a centrarse en políticas que reduzcan los costos extra a los pacientes, la parte que las compañías de seguros no cubren.
– Monopolios protegidos –
El plan propuesto por el HHS y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) plantea dos posibles caminos.
El primero implica utilizar la autoridad de las agencias para proponer una norma que autorice el desarrollo de proyectos piloto en cada estado y permita a mayoristas y farmacéuticos importar algunos medicamentos de Canadá, siempre limitándolos según el tipo de medicina.
Bajo el segundo camino, la FDA trabajaría con los fabricantes para importar versiones de medicamentos que se venden en otros países, «permitiéndoles potencialmente ofrecer un precio más bajo que el que establecen sus contratos de distribución».
Entre los medicamentos incluidos están la insulina para la diabetes y otros fármacos utilizados para tratar la artritis reumatoide, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, se anunció en un comunicado.
Las agencias no hablaron de una fecha para la implementación del plan, que con seguridad encontrará la oposición de la industria farmacéutica.
Las empresas sostienen que los elevados precios se deben a los costos de innovación, pero un estudio de 2016 del Harvard Medical School culpó a otros factores, como el sistema de patentes estadounidenses, que garantiza a los fabricantes «monopolios protegidos por el gobierno» mediante mercados exclusivos que duran décadas.
También señaló que, a diferencia de casi todas las demás naciones avanzadas, el sistema de atención médica de Estados Unidos permite a los fabricantes establecer sus propios precios en lugar de obligarles a negociar con un sistema nacional de seguro de salud.