Boston/dpa
Para entrenar después de un Mundial quizá no sea lo mejor, buy hospital pero para el negocio a largo plazo es una mina de oro: los grandes clubes de España, Alemania, Inglaterra e Italia se preparan en Estados Unidos para la próxima temporada.
“Viajamos con mucha ilusión a Estados Unidos”, dijo el entrenador del Bayern Múnich, Josep Guardiola, que volará el miércoles a Nueva York con su plantilla.
Louis van Gaal, nuevo técnico del Manchester United, no ve con los mismo ojos el viaje de pretemporada que tenía previsto el equipo inglés antes de la contratación del holandés.
“Hay mucha distancia que recorrer, muchos vuelos que incluyen ‘jetlag’. No es muy positivo para una buena preparación”, disparó el ex seleccionador de Holanda.
“La gira ya estaba arreglada, así que me tengo que adaptar. Y el Manchester United hará todo lo posible para adaptarse a mis reglas para una buena preparación”, sentenció el técnico, que firmó con el United por los próximos tres años, conocido por su carácter determinante.
El Manchester United jugará la International Champions Cup junto con otros grandes clubes europeos como Manchester City, Liverpool, Real Madrid, Milán, Inter de Milán o Roma.
Las sedes para la fase de grupos están repartidas por el gigantesco país: Los Ángeles, Denver, Washington, Detroit, Dallas, Chicago… Si el United alcanza la final, que se disputará el 4 de agosto en Miami, el equipo habrá viajado en dos semanas y media cerca de 22.000 kilómetros, algo equivalente a media vuelta al mundo.
Además, los días entre partidos no sirven precisamente de descanso: viajes, encuentros con patrocinadores y ruedas de prensa dejan poco tiempo para pensar en la próxima temporada.
La cadena televisiva CNN calificó los viajes de los clubes del Viejo Continente como “puro dinero, ningún placer”.
Al Real Madrid, actual campeón de Europa, le esperan cerca de 22.369 kilómetros en tierras americanas, donde ya despertó el interés de varias estrellas de la NBA, como Carmelo Anthony o Russell Westbrook, que se acercaron al centro de entrenamiento del equipo español en Los Ángeles.
Según una encuesta de 2013, en Estados Unidos hay 61,5 millones de aficionados al fútbol. Y el Mundial de Brasil colocó al “soccer” en otra dimensión: 26,5 millones de espectadores -cifra récord- vieron la final del torneo, en la que Alemania se impuso 1-0 a Argentina.
“Es el momento perfecto para ir a América”, dijo el entrenador del Arsenal, el francés Arsene Wenger. El técnico añadió, sin embargo, que acumular tantos kilómetros no es lo mejor.
“Hablando de fútbol, lo mejor es no viajar mucho. La pérdida de tiempo y el ‘jetlag’ no es lo ideal”, dijo Wenger.
Los futbolistas suelen tener al menos cuatro semanas de vacaciones, por lo que Wenger no tendrá mucho tiempo para probar con los tres alemanes campeones del mundo que tiene en sus filas, Mesut Özil, Lukas Podolski y Per Mertesacker. El trío estuvo el 13 de julio en la final del Mundial y comenzarán la temporada el 16 de agosto.
Los torneos de fútbol en el verano boreal no son nuevos, pero nunca fueron tan lucrativos como ahora. “Al principio eran de pura pretemporada. Después eran viajes de marketing para los equipos, que se querían construir un perfil global con presencia internacional”, señaló Simon Chadwick, fundador y director de International Business of Sport y profesor de la Coventry University Business School.
Hoy en día, según Chadwick, los clubes están “en la fase en la que el desarrollo estratégico en mercados objetivo y el vínculo con aficionados a largo plazo son importantes”.