RT / AFP
Los negociadores estadounidenses alcanzaron el jueves los términos del acuerdo comercial con China que ahora espera la aprobación del presidente Donald Trump, informa Bloomberg.
Los asesores comerciales tienen previsto reunirse esta misma jornada del jueves por la tarde con el presidente estadounidense para discutir el acuerdo, según fuentes relacionadas con la negociación.
Los negociadores por parte de Estados Unidos han ofrecido una reducción de hasta el 50 %los aranceles sobre los productos chinos, lo que representa aproximadamente 375.000 millones, además de suspender las tarifas arancelarias de 160.000 millones de dólares programadas para el 15 de diciembre, recoge Reuters.
El pasado viernes Larry Kudlow, consejero de Trump, había mencionado que Washington y Pekín habían acercado posiciones de cara a la adopción de un acuerdo comercial, aunque el mandatario estadounidense podría cancelar la firma si no se respetan algunas condiciones.
La guerra comercial entre las dos naciones ha tenido un impacto negativo para la economía global. En caso de que el mandatario estadounidense no suspenda los nuevos aranceles anunciados por Washington existe el temor de que los funcionarios de Pekín puedan aplicar más aranceles para los productos de Estados Unidos e incluso suspender las conversaciones hasta después de las próximas elecciones presidenciales estadounidenses en 2020.
En respuesta al último paquete de aranceles anunciado por Estados Unidos, la nación asiática ya había anunciado que restablecerá para el 15 de diciembre impuestos de importación adicionales del 25 % para vehículos estadounidenses y del 5 % para piezas de automóviles, que se habían suspendido a principios de este año.
– El anuncio de Trump –
El presidente estadounidense, Donald Trump, dijo el jueves que Estados Unidos está «muy cerca» de un «gran acuerdo» con China, cuando faltan tres días para la entrada en vigor de nuevos aranceles en el marco de la guerra comercial entre ambas potencias.
«Estamos MUY cerca de un GRAN ACUERDO con China. Ellos lo quieren, ¡y nosotros también!», tuiteó el mandatario, cuyo gobierno prevé imponer el domingo nuevos aranceles a productos chinos, como electrónica y ropa deportiva.
Ya con la campaña para su reelección en 2020 tomando fuerza, Trump tiende a tomar la iniciativa política y busca mostrar a sus votantes que su agresiva postura anteChina genera resultados.
Pero de momento no está muy claro qué obtendrá Washington a cambio de reducir la presión arancelaria sobre China.
Estados Unidos quiere fundamentalmente que China abra su enorme mercado a más bienes y reforme rápidamente prácticas económicas y comerciales que para Washington constituyen un sistemático abuso contra los inversores extranjeros.
– Mas aranceles –
La amenaza de Estados Unidos consiste en imponer un gravamen del 15% a exportaciones chinas por 156.000 millones. China había dicho que respondería con un arancel del 25% a los automóviles estadounidenses y un arancel del 5% a las piezas de vehículos; impuestos que se suspendieron a principios de este año como un gesto de buena voluntad.
Según el diario The Wall Street Journal, Estados Unidos está ofreciendo desistir de esos aranceles y además reducir los que ya fueron impuestos a bienes chinos importados por unos 360.000 millones de dólares.
La meta principal de Trump con su pelea con China, uno de los rasgos esenciales de presidencia, es desterrar lo que considera prácticas desleales de Pekín. Eso incluye masivos subsidios, intervencionismo estatal, transferencia forzosa de tecnología y robo de propiedad intelectual.
Empero la llamada «fase uno» del acuerdo parece ser mucho más modesta y estaría enfocada en que China compre más producción agrícola estadounidense.
Trump ha dicho reiteradamente que China precisa más el acuerdo que Estados Unidos.
A fines de noviembre, Trump decía que las negociaciones estaban en su tramo final pero días después sacudió a los mercados cuando afirmó: «No tengo una fecha límite». Incluso dio a entender que podrían extenderse hasta después de las elecciones estadounidenses de noviembre del año que viene.
Las negociaciones se complicaron aún más debido a las tensiones entre Washington y Pekín sobre las protestas en favor de la democracia en Hong Kong.
Con algo de reticencia, Trump homologó una declaración aprobada por la abrumadora mayoría del Congreso en apoyo a los manifestantes que han ganado las calles de Hong Kong para reclamar democracia.
Pekín calificó de «abominable» y «siniestro» ese pronunciamiento del Congreso pero parece no haber hecho mucho por tomar represalias.