Washington/Bruselas/AFP
Estados Unidos anunció este lunes la expulsión de 60 diplomáticos rusos acusados de espionaje y el cierre del Consulado de Rusia en Seattle (noroeste), como parte de un gesto coordinado con otros países occidentales por el ataque químico contra un exespía en el Reino Unido.
En una nota oficial, la Casa Blanca informó que la acción fue adoptada «en conjunto con nuestros aliados de la OTAN». Este mismo lunes, 14 países de la Unión Europea también expulsaron funcionarios rusos.
El presidente Donald Trump «ordenó la expulsión de docenas de oficiales rusos de inteligencia de Estados Unidos y el cierre del consulado de Rusia en Seattle, a raíz de su proximidad con una de nuestras bases de submarinos y la sede de Boeing», apuntó la nota.
A raíz de la decisión, 48 «agentes de inteligencia bien conocidos» en Seattle y otros 12 diplomáticos acreditados ante la ONU tendrán ahora un período de siete días para abandonar el territorio estadounidense.
Un funcionario de la Casa Blanca dijo a la prensa que aún quedarán unos 40 «oficiales de inteligencia» de Rusia en el país, pero que la capacidad de Moscú de conseguir información quedará «significativamente» afectada.
La misma fuente apuntó que la determinación de Trump representa la mayor expulsión de diplomáticos rusos del territorio estadounidense, incluyendo medidas similares en la época en que aún existía la Unión Soviética.
«Es la mayor expulsión de rusos», destacó la fuente.
En la nota oficial, la Casa Blanca aseguró que Washington está dispuesto a cooperar con Moscú para construir mejores relaciones, pero señaló que ello sólo será posible «con un cambio de actitud del gobierno de Rusia».
Se trata de una reacción en bloque al ataque químico contra el exagente doble Sergueï Skripal, ocurrido a inicios de marzo en Salisbury, Reino Unido, en un atentado que el gobierno británico atribuye a Rusia.
Washington tardó varios días para adoptar una posición con relación a ese incidente pero finalmente se alineó firmemente con Londres en la condena a Moscú por el ataque.
En Varna, Bulgaria, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, anunció que «de forma concertada, 14 países de la Unión Europea decidieron expulsar diplomáticos rusos».
Tusk añadió que «no se excluyen nuevas medidas adicionales, incluyendo más expulsiones, en los próximos días».
Canadá y Ucrania también anunciaron expulsión de diplomáticos rusos.
En la Unión Europea
Catorce países de la Unión europea (UE) decidieron el lunes expulsar a diplomáticos rusos tras el envenenamiento en Gran Bretaña del exespía ruso Sergueï Skripal, anunció el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk.
«De forma concertada, 14 países de la UE decidieron expulsar a diplomáticos rusos» anunció Tusk en una declaración leída en Varna (Bulgaria) donde participa en una reunión de la UE con el presidente turco Recip Tayyip Erdogan.
«No se excluyen nuevas medidas adicionales, incluyendo más expulsiones, en los próximos días» agregó.
Alemania, Francia y Polonia expulsaron hasta ahora cada uno a cuatro diplomáticos rusos; la República Checa y Lituania a tres: Italia, Dinamarca y Holanda a dos, y Letonia, Estonia y Finlandia a uno.
Los otros tres países que procedieron a expulsiones son Rumanía, Suecia y Croacia.
Las medidas afectan en total a más de 30 diplomáticos, que se añaden a los 23 diplomáticos rusos ya expulsados por Reino Unido.
Por su parte, Estados Unidos expulsó a 60 «espías» rusos, Canadá a 4 y Ucrania a 13.
El jueves pasado, durante una cena de trabajo, los dirigentes europeos acordaron llamar a consultas al embajador de la UE en Rusia por el envenenamiento el pasado 4 de marzo de Serguéi Skripal, un exagente ruso, y su hija Yulia, en la ciudad inglesa de Salisbury.
Previamente, en una declaración conjunta en apoyo a la primera ministra británica, Theresa May, estimaron que es «muy probable» que Rusia esté detrás del ataque.
El gobierno del presidente Vladimir Putin ha rechazado desde hace dos semanas estas acusaciones.
Rusia es «gesto provocador»
La expulsión de diplomáticos rusos por parte de una veintena de países, anunciada este lunes, es un «gesto provocador» y «esta decisión inamistosa (…) no quedará sin respuesta», indicó el ministerio de Relaciones Exteriores ruso en un comunicado.
«Este gesto provocador de pretendida solidaridad con Londres (…) revela la continuidad de una política de confrontación destinada a agravar la situación», sostuvo Moscú.
Los 17 países que hoy tomaron esta iniciativa «se dejaron llevar por Londres sin ponerse a reflexionar sobre las circunstancias de lo que ha ocurrido», agregó la diplomacia rusa.