Por Marie-Noëlle Blessing/Dave Clark
Ginebra/AFP
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, inició este viernes en Ginebra una nueva reunión con su homólogo ruso, Serguei Lavrov, para intentar llegar a un acuerdo sobre el conflicto sirio, pese a los reiterados fracasos de los últimos meses.
Washington y Moscú, que desde hace cinco años apoyan a bandos opuestos en este sangriento conflicto que ha dejado mas de 290.000 muertos y millones de desplazados, buscan reactivar el plan de paz adoptado a fines de 2015 por la comunidad internacional, que incluye una tregua duradera, un plan de ayuda humanitaria y un proceso de transición política entre gobierno y la oposición moderada.
Luego de dos días de reuniones telefónicas y anuncios sobre un posible encuentro cara a cara, Kerry llegó finalmente este viernes a Ginebra, para encerrarse en otra ronda de negociaciones con Lavrov, que ya estaba en la ciudad suiza.
En el avión, los consejeros que lo acompañan aseguraron que Kerry no habría hecho el viaje si no pensara que hay una posibilidad de progresar.
Pero ambos ministros tendrán poco tiempo, pues los dos deben regresar a sus países el viernes por la noche.
En esta ciudad suiza su reunión «se enfocará en reducir la violencia, ampliar la ayuda humanitaria para los sirios y avanzar hacia una solución política necesaria para terminar la guerra civil», había resumido el jueves el portavoz de la Secretaría de Estado, John Kirby, en un comunicado.
Kerry y Lavrov hablaron por teléfono el jueves, principalmente sobre una posible «cooperación ruso-estadounidense con el objetivo de destruir los grupos activos en Siria, y ayudar a resolver los problemas humanitarios y promover un arreglo político en el conflicto sirio», había indicado por su lado Moscú.
¿Kerry tras Lavrov?
Tras cinco años y medio de guerra y caos en Siria, Kerry es acusado de correr tras Lavrov para intentar arrancar a cualquier precio un acuerdo en Siria, cuatro meses antes del fin de la presidencia de Barack Obama.
Son innumerables las reuniones entre los dos hombres, las últimas de ellas en el G20 de China el 4 y 5 de septiembre, y en Ginebra el pasado 26 de agosto.
Pero estos múltiples encuentros no han dado hasta ahora el menor resultado, pese a que el presidente ruso Vladimir Putin hablara de «cierto acercamiento de posiciones» tras una entrevista con Obama durante el G20. El propio Obama se limitó a decir que la conversación había sido «productiva».
Entretanto esta semana en Londres, la muy debilitada oposición siria presentó un plan de transición política.
Para estos rebeldes la situación sigue siendo muy complicada sobre el terreno, principalmente en Alepo (norte de Siria), donde las fuerzas del régimen, apoyadas por la fuerza aérea rusa, consiguieron rodear totalmente los barrios insurgentes.
También hubo un duro golpe para los insurgentes islamistas con la muerte el jueves de Abu Omar Saraqeb, comandante del «Ejército de la Conquista» –principal alianza de los rebeldes–, debido a un bombardeo en la provincia de Alepo, según el Frente Fateh al Sham (exFrente al Nosra).
‘Expulsar a los yihadistas’
Otro actor del drama sirio, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan afirmó haber acordado con Obama, durante la cumbre del G20 en China, «hacer lo necesario» para expulsar a la organización extremista Estados Islámico (EI) de Raqa, su «capital» siria.
También esta semana tuvo lugar una conversación telefónica de Erdogan con Putin para hablar de un alto el fuego en Alepo, según la agencia de prensa progubernamental Anadolu. Rusia apoya al régimen de Damasco, a diferencia de Turquía, que pide la salida del presidente Bashar Al Asad.
En fin, la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) afirmó estar «preocupada» por la supuesta utilización de armas químicas en Alepo, donde decenas de personas informaron de casos de asfixia después de que el régimen lanzara en la ciudad barriles explosivos.