Río de Janeiro/dpa
Las selecciones de Estados Unidos y Serbia disputarán el domingo la final del baloncesto de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro tras derrotar en semifinales a España y Australia, respectivamente.
El equipo norteamericano, candidato indiscutido al título, se impuso por 82-76 sobre España en la que para muchos fue considerada la final anticipada del certamen.
Los balcánicos aplastaron por 87-61 Australia, el equipo que dio la sorpresa al llegar a semifinales y que lo había derrotado en la fase inicial.
De este modo, España y Australia resolverán el bronce en el primer turno del domingo, mientras que el “Dream Team” buscará su tercer oro consecutivo en el segundo y definitivo duelo a disputarse en el Arena Carioca 1.
El equipo dirigido por Mike Krzyzewski se impuso por una escasa diferencia ante el mismo rival al que había derrotado en las finales de Pekín 2008 y Londres 2012.
El choque supuso el duelo de los dos equipos más completos del certamen y los dirigidos por Sergio Scariolo demostraron ser el conjunto que más complicó a las estrellas del “Dream Team”.
El duelo estuvo marcado también por la dureza y prolijidad de las defensas, que provocaron a ambos equipos reducir considerablemente su porcentaje de efectividad de las anotaciones. De hecho, Estados Unidos registró su anotación más baja en todo el torneo.
Estados Unidos logró una diferencia de nueve puntos en el primer parcial, gracias a su enorme trabajo en la zona pintada: atrapó 16 rebotes, seis de ellos ofensivos, contra sólo seis de los europeos.
En los tres cuartos restantes, España fue incapaz de reducir la diferencia en el resultado y el duelo se resolvió en favor de los norteamericanos sin que vean amenazado el marcador en ningún momento.
En el otro duelo, Serbia dejó sin posibilidades a una Australia que no pudo confirmar su condición de equipo revelación.
El conjunto dirigido por Sasha Djordjevic disputó su mejor partido del certamen y, gracias a los 22 puntos y cinco asistencias de su estrella y capitán Milos Teodosic y a los nueve tantos y 11 rebotes de Stefan Jovic, logró asegurarse al menos la plata en los Juegos de Río.
Los balcánicos confirmaron así su primera medalla olímpica en baloncesto desde que compiten como una nación independiente. Con una enorme tradición en el básquet, los serbios devolvieron a la élite a un equipo que, en la época que competía como Yugoslavia, había cosechado un oro, tres platas y un bronce olímpico.