Carolina Cárdenas Jiménez,
Escritora colombiana
Las nuevas generaciones tienen otras formas de percibir y entender la realidad. Da la impresión de que para ellos el mundo se comprende a través de los sentidos, son hijos del hedonismo, pero no de la racionalidad, el pensamiento. El ser humano de esta época ya no se interesa por cultivar su espíritu a partir de las diversas disciplinas, ni las artes. Parece ser este el período del ocaso de la razón; hemos entrado en el crepúsculo del mundo de las ideas.
El mundo se ha vuelto técnico, pragmático, donde el hacer está por encima de la reflexión, el pensamiento y la creación. El ser humano ha abandonado la curiosidad por comprender de qué está compuesto el universo, ha dejado de preguntarse quién es y cuál es el sentido de su existencia.
Esto ha puesto en crisis al hombre actual, ya que uno de los grandes pilares que desde el principio de la historia ha sostenido a las civilizaciones es su búsqueda incansable por alimentar el espíritu a través del conocimiento. Esta desaparición de una mirada reflexiva, crítica y profunda sobre el acontecer nos lleva a unos grandes interrogantes: ¿Quiénes se encargarán por encumbrar los grandes muros de la ciencia, las artes y las humanidades que enaltezcan al ser? ¿Cuál será el camino de las nuevas generaciones, de ese humano que germina con levedad? ¿Acaso este hombre y mujer no harán que la historia se retrase y entremos en una nueva época de oscurantismo? ¿Este nuevo ser nos quiere mostrar que el pensamiento no es necesario para la civilización y evolución del hombre? Y si esto es así, si el pensamiento ha dejado de ser el primer cimiento para construir todo lo puesto en el universo, ¿entonces en su lugar quién o qué lo hará?
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