La potente erupción del volcán de Fuego en Guatemala, después del mediodía del domingo pasado, nos debe llevar a los salvadoreños a la necesidad de seguir aprendiendo del comportamiento de esos colosos, y a estar preparados cuando eso vuelva a ocurrir en El Salvador.
Las imágenes videográficas que algunos valientes tomaron por medio de su celular, cuando huían de la zona del desastre en Guatemala, además de los escalofríos provocados, nos hicieron recordar las imágenes que el séptimo arte nos ha presentado con la desaparición de Pompeya y Herculano, tras la explosión del Vesubio, ocurrida en el año 79 después de Cristo.
Más de 1,500 cadáveres calcinados han sido encontrados por los arqueólogos y otros científicos tras la erupción estromboliana, como la ocurrida en Guatemala, que lanzó miles de toneladas de sustancias piroclásticas, también como ocurrió en Guatemala, pero a menor escala.
De acuerdo con los historiadores, la erupción del Vesubio que inició pasada la una de la tarde, semejante al evento en Guatemala, duró cerca de dos días.
Esperemos que en Guatemala el coloso entre en sosiego para que ese pueblo, y sobre todo las miles de familias que perdieron a sus seres queridos y pertenencias, se levante de la cenizas, con la ayuda y la solidaridad internacional de la que El Salvador ya es parte.
El Salvador, que tiene varios volcanes activos y uno de ellos que ha estado en constante actividad, debe no solo aprender de lo ocurrido en otras latitudes, sino de lo que ha ocurrido internamente, para estar preparados ante una posible erupción.
Desde el año 2009, cuando llega el primer Gobierno del FMLN, El Salvador, a través del Ministerio de Medio Ambiente, comenzó a vigilar los volcanes con ayuda internacional que ha colocado equipos muy sofisticados.
Mientras que, a través de Protección Civil, se ha estado educando a los pobladores cercanos a los volcanes en la prevención.
Quizá no sea suficiente, pero algo diferente estamos haciendo, pero debemos seguir preparándonos más, y de forma masiva, porque la posibilidad de una explosión volcánica en el oriente, el centro u occidente del país es una realidad.