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¿ESTARÁ EL PRESIDENTE BUKELE MATANDO EL CHUCHO A TIEMPO?

Carlos E. Vela

Ingeniero-Científico salvadoreño-americano

Desde Washington, DC.

El pacto de gobernanza con las pandillas ha conllevado a que estas se consoliden como poder fáctico en amplias zonas del país, una especie de cuasi estado dentro del Estado, y de pseudo gobierno dentro la administración Bukele. Aun ante la situación de Estado de Excepción el poder de las pandillas continua y continuara siendo ubicuo. Los abusos de los mareros en las cárceles y en las vías públicas, parecen ser propaganda-violenta para ganar adeptos ante una población hastiada de las pandillas.

Hay que derrotar políticamente este gobierno-pandilla antes que el país se convierta en un estado-pandilla como pronostica Global Americans.

Parte 1

El sábado 26 de marzo a la 11:30 pm al recibir la noticia que el presidente Bukele había solicitado a la Asamblea declarar el estado de excepción, denuncie que esa decisión podía deberse al cúmulo de desaciertos de su gobierno y a las calamidades que se avecinan: la avalancha de una crisis económica-financiera, el endeudamiento del país, la inexistencia de préstamos, el mal gasto en proyectos sin perspectivas como Bitcoin City o la Chivo Wallet, el fracaso del bono bitcoin –¿quién se va arriesgar a invertir en un bono cuya moneda está siendo cuestionada por el Congreso de los EEUU?–, el aislamiento internacional casi total de su gobierno, incluso de los bancos internacionales …

CUÁLES SON LOS LOGROS DEL PRESIDENTE BUKELE:

  1. Ha desunido al país, eliminando así la posibilidad que se genere una voluntad de Estado en toda la población para resolver los problemas.
  2. Ha destruido el agro, al marginar a los agricultores locales en las compras de granos y lácteos durante la pandemia. Prefirió comprarlos en Sinaloa, México, estado conocido por el control de del agro por los narcos. Ahora se rumora que no está preparado para distribuir los paquetes agrarios para la cosecha de este año.
  3. Manejó la pandemia con medidas draconianas que causaron muchos problemas psicológicos por el encerramiento innecesario de la población. Detuvieron a compatriotas en centros de detención (en realidad centros de infección) que contagio a muchos de COVID y les causo muerte. Ocultaron además el número exacto de muertos entre la población y miembros del servicio médico. La pandemia, en realidad, sirvió para el enriquecimiento de unos y la angustia por el hambre de la mayoría. Luego manipuló el hambre entregándole paquetes de macarrones y tuna a una población desesperada, cuando lo que se necesitaba era generar trabajo y oportunidades, y respetar el derecho del pueblo a ganarse la vida, que es el orgullo de los salvadoreños.

El Departamento del Tesoro de EE. UU. impuso sanciones Magnitsky Global Act a varios funcionarios del gobierno de Bukele quienes se les acuso de desviar alimentos del Programa de Emergencia Sanitaria (PES) y luego venderlos a un empresario previamente acusado de contrabando. También se les acusó de haber redirigido asistencia alimenticia para ser reempaquetada, utilizando mano de obra penitenciaria, y distribuida para la campaña electoral de un alcalde del partido gobernante. Compraron a sus amigos mascarillas inadecuadas, a precios altos, causando la muerte innecesaria de miembros del personal médico. Para encubrir esta corrupción declararon los gastos contra la pandemia reservados.

Luego lanzaron una campaña nacional e internacional de propaganda, aludiendo que el manejo de la pandemia había sido un éxito, cuando en realidad fue un fracaso y festín para llenar de dólares la bolsa de algunos, mientras la mayoría de la población sufría hambre y enclaustramiento.   El objetivo era hacer creer aquellos que no habían muerto que se habían salvado por la intervención oportuna del presidente Bukele. La realidad es lo contrario, muchos murieron por su mal manejo de la pandemia.

  1. Embarcó al país en una mal concebida bitconizacion, en contra los consejos de los bancos internacionales, premios Nobel en economía, la Unión Europea y EEUU. El Bitcoin no conserva valor, es aprovechado por el hampa y piratas para el lavado del dinero, puede ser manipulado por los grandes especuladores conocidos como “Ballenas”. Es una fantasía que excluye a las mayorías sumidas en la pobreza.
  2. Aisló al país internacionalmente por su incapacidad y pésimo manejo de la diplomacia como si fuera un “tit-for-tat” de twitteros. Se ha aliado con violadores de derechos humanos como Putin.
  3. Ha lanzado campañas de espionaje contra los medios de comunicación salvadoreño, violando el derecho a la privacidad de los ciudadanos. Esta violación descubierta por dos organizaciones canadienses: Citizen Lab de la Universidad de Toronto en Canadá y Access Now. La organización Amnistía Internacional verificó estas pruebas forenses que demuestran el uso abusivo de Pegasus, un software de espionaje israelita, contra El Faro y otros periodistas en El Salvador.
  4. De acuerdo el tanque de pensamiento Global Americans, El Salvador está emergiendo como un estado-pandilla, en el cual “el crimen organizado y el régimen autoritario van de la mano”. Acusan a Bukele de haber hecho un pacto de gobernanza con las pandillas y convertido a su administración en un gobierno-pandilla que amenaza en convertir al país en un estado-pandilla (Gang State).

VEAMOS MÁS DE CERCA ESTE PACTO CON LAS PANDILLAS

De acuerdo Global Americans, “El gobierno busca la cooperación de las pandillas para mantener baja la tasa de homicidios y el acceso del partido gobernante a los territorios de las pandillas, a cambio de ciertas concesiones para las pandillas. Estas pueden ser relativamente benignas (beneficios para los líderes de pandillas encarcelados) o más siniestras.” Dentro la Diáspora, las redes sociales en EEUU y El Salvador, y miembros de la sociedad civil en el país, existe la percepción de que, el pacto con las pandillas es de hecho un pacto de gobernanza con las pandillas, donde las pandillas se han comprometido a:

  1. Disminuir el número diario de asesinados públicamente visibles.

El asunto es tan evidente, que la violencia arrecia cuando existen «razones» políticas. En este caso, la violencia se ha intensificado para crear las condiciones de declarar el Estado de Excepción y distraer la opinión pública de su mal gobierno, y las crisis económico-financieras y socio-políticas que se avecinan.

  1. Otorgar apoyo político y electoral a Bukele y a Nuevas Ideas.

De acuerdo al Departamento del Tesoro de Estados Unidos dos funcionarios de gobierno negociaron con las pandillas para que apoyen al partido Nuevas Ideas, en las elecciones legislativas de 2021.

  1. Mantener el orden en los territorios bajo su control.
  2. Permitir que el Estado tenga presencia simbólica donde convenga, como es el caso de los CUBOs deportivos, y que el gobierno provea otros servicios, como educación, luz y agua.

A cambio, el gobierno de Bukele parece estar comprometido a:

  1. Reservarles puestos claves dentro del gobierno y las alcaldías, quizá buscando la conformación del Estado-pandilla.
  2. Permitir que se siga con el cobro de renta a los ciudadanos que residen bajo el control pandilleril, incluyendo al sector informal, las micro y pequeñas empresas, y agricultores de las zonas bajo su control, a las empresas que distribuyen bienes en esas mismas zonas, a los servicios de transporte (buses y taxis), entre otros.
  3. Dejar que las pandillas manejen el control de ventas de drogas y su tráfico en el país.
  4. No intervenir cuando los mareros escogen para sí mismos a las muchachas más bonitas en sus zonas de control.
  5. Permitir a las maras la confiscación de propiedades.

Estas dos últimas prerrogativas han sido, por cierto, las causas principales del abandono de sus hogares y el desplazamiento de muchas familias hacia EEUU.

  1. Dejar que las pandillas efectúen «inversiones» en negocios fuera y dentro de sus zonas de control.
  2. Proveerles beneficios dentro las cárceles y permitirles continuar el control, sin restricciones, de las estructuras delictivas desde las cárceles.
  3. No excluirlos de los beneficios del Estado cuando el gobierno de Bukele ofrece regalías a la población, como fue el caso de los $300 otorgados durante la pandemia.
  4. No extraditar a los mareros.

El Departamento de Justicia busca enjuiciar a ciertos líderes de pandillas por tráfico internacional de narcóticos y crimines en EEUU. De acuerdo a la Embajadora Manes dentro la petición de extradición esta un “pandillero buscado por dos décadas luego de cometer un intento de feminicidio en Houston.” El gobierno de Bukele ha negado estas solicitudes de extradición. Se extiende así el poder de las pandillas a la política diplomática.

  1. Permitirles mantener cementerios clandestinos.

Solo eso puede explicar la existencia de cementerios con altas cantidades de muertos sin que hayan sido detectado por las autoridades. Cuando son detectados se culpa a un individuo o a un grupo reducido de individuos, siendo obvio que se trata de acciones pandilleriles.

En las palabras de Global Americans “Lo que parece más probable es que la solución negociada al problema de los asesinatos pasa por hacer los cadáveres desaparecer”. Refiriéndose a una de las fosas clandestina declaran que lo singular de este descubrimiento fue su ubicación: en Nuevo Cuscatlán; no lejos de la academia militar del país; donde Bukele fue alcalde; y a menos de kilómetro y medio donde Bukele tiene su residencia.

Parece que cada cual se reserva la prerrogativa de responder agresivamente por la violación de estos acuerdos. Así hemos visto brotes de violencia por las pandillas, y maltrato de las pandillas en las cárceles e incursiones y arrestos en sus zonas de control por la PNC y las FFAA sin que se rompa el pacto de gobernanza. Además, mantienen líneas de comunicación y una política de discusión abierta como lo ha denunciado El Faro. Se sospecha además que existe una política de distribución de beneficios; esto es algo que tendrá que ser investigado por el gobierno que reemplace a Bukele. Según investigaciones de El Faro, la relación de Bukele con las pandillas data desde cuando éste era alcalde de San Salvador.

El pacto de gobernanza con las pandillas ha conllevado a que estas se consoliden como poder fáctico en amplias zonas del país, una especie de cuasi estado dentro del Estado, y de pseudo gobierno dentro la administración Bukele. Aun ante la situación de Estado de Excepción el poder de las pandillas continua y continuara siendo ubicuo. Los abusos de los mareros en las cárceles y en las vías públicas, parecen ser propaganda-violenta para ganar adeptos ante una población hastiada de las pandillas.

Las maras tienen articulado un sistema de coerción y de violencia contra la población que les permite mandar mediante el terror en sus territorios; entendido el terror pandilleril como acciones que infunden un estado de miedo y zozobra en la población y que conlleva su sometimiento por temor a perder la vida propia y/o la de sus familiares. La continua desaparición de jóvenes ha infundido un verdadero terror en la ciudadanía. Este último brote de violencia ha conllevado a una parálisis en algunos de los negocios.

Hay que derrotar políticamente este gobierno-pandilla antes que el país se convierta en un estado-pandilla como pronostica Global Americans.

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