MSP. DR. ROBERTO GERMAN TOBAR PONCE
OBSTETRA – GINECÓLOGO – ONCÓLOGO
JVPM: 1374
Quiero decirles a los lectores de este prestigioso rotativo, y todos los médicos en su día, que hoy no es un día de alegría, sino de dolor, pues muchos de nuestros colegas han partido ante la presencia de Dios por servir a nuestros pacientes de COVID-19, a pesar de esto seguiremos nuestro apostolado de servir ante el riesgo, ya que a la mayoría de nosotros nuestra formación la ha pagado el pueblo salvadoreño y esto hace que lo que uno recibe debe de regresarlo con riesgo, dolor, sacrificio y con lo más elemental de un ser humano con amor a nuestro prójimo.
Quiero decirles que con cierta frecuencia nuestra vocación permanece dormida y despierta tardíamente, así le sucedió a Albert Schwitzer, Premio Nobel de la Paz, en 1954, quien a los treinta años, teniendo ya un doctorado en teología y filosofía, se decidió a estudiar medicina y llegó a ser médico, por lo que se dedicó a servir en África, siendo un admirable misionero de la salud; esto nos evidencia, el gran compromiso y responsabilidad que tienen los padres y maestros de lo que ha de ser el futuro de sus hijos y discípulos, a ambos les compete, si cumplen adecuadamente su papel, para tratar de descubrir o despertar con oportunidad las vocaciones, no me queda ninguna duda de la importancia grande que tiene la orientación profesional. Al buen médico no solo lo hace la apuesta apariencia, sino la bondad de su saber y los quilates de su espíritu.
En cambio, es imprescindible la posesión, completa y natural de los cinco sentidos, teniendo en cuenta que hoy en día existen distintos tipos de médicos el práctico, el investigador y el administrativo; aunque la Medicina tiene mucho de ciencia, hay que aceptar también que el saber científico es producto de la inteligencia y que su asimilación y práctica requieren igualmente de ella.
Siendo así, un individuo que carezca de inteligencia, vale decir, de entendimiento y de facultad pensante bien desarrollados, no podrá ser médico, o por lo menos un médico confiable. En principio, aceptemos que así como todos los individuos no pueden ser científicos ni artistas, tampoco cualquiera puede ser médico, tampoco se podrá entender que en ocasiones es más saludable el consuelo y el apoyo moral que una receta o el bisturí.
Da pena pensar que Kurt Pollak -un médico otorrinolaringólogo de Minneapolis- pudo tener razón cuando expresó que “cada época tiene el médico que mejor le cuadra”, yo diría que la formación del tipo de médico que se necesita, lo dicen los proveedores de salud a las Universidades a través de sus Escuelas de post grado, ya que hoy en día las necesidades son dadas por el perfil epidemiológico que atiende el sistema de salud. No debemos de olvidar que en el pasado, siempre los que han poseído el don de curar, han formado parte de las clases dominantes, desde la época de los faraones y de los griegos, el acceso a la salud ha sido ofrecido como una dádiva por los que han ostentado el poder, la salud a través de los tiempos, ha constituido un privilegio de unos pocos que han podido comprarla como cualquier otro bien en una sociedad de consumo, con el advenimiento de la revolución francesa que marca una etapa en la historia de los derechos del hombre, estos derechos se han dado como servicios obligatorios para el pueblo, dados por personal de salud muy mal estimulado no solo con malos salarios sino amenazados por descuentos injustos dictaminados por la entidad controler del estado “Corte de Cuentas de la República” razón que en épocas pasadas motivaron al inicio de la huelga médica del 2002 a pesar que el presidente de la entidad Dr. Hernán Contreras dijo que no se podía evaluar igual el trabajo de los médicos que el de un administrativo.
Los médicos españoles dijeron en uno de sus movimientos de descontentos con las autoridades sanitarias de su país, que las necesidades individuales de los profesionales debe de valorarse vs reconocimientos profesionales, se les preguntó a los médicos españoles si estaban dispuestos a trabajar por mas salarios y contestaron en su mayoría que no, pero si se les diera mayor reconocimiento profesional, si lo hicieran; pareciera que para los médicos el reconocimiento laboral se experimenta como una necesidad más imperiosa que la simple recompensa económica, aunque el valor del dinero es sobre todo el reconocimiento profesional que se entrega como un salario, además el médico desearía trabajar en mejores condiciones asistenciales para brindar mejor calidad de servicio al paciente, aunque no debemos de olvidar que todo ser humano tiene necesidades que necesitan satisfacerlas con las mejoras salariales ya que la inflación no perdona clase social.
La OPS y la OMS dicen que en las instituciones de salud no existe un sistema de regulación salarial y de incentivos para asegurar la permanencia de los profesionales capacitados en las instituciones de salud, yo diría que debido a esto los médicos en su mayoría se vuelven ortopedas hueso aquí y hueso allá.
Pero hoy en día con la pandemia podemos darnos cuenta que los médicos hemos sido catalogado como personal de primera línea en la atención de la pandemia, pero al revisar el salario de un uciólogo, que son 37 los que hay en el país, y de cualquier especialista del Ministerio de Salud ganan $900 por 8 horas al mes, es decir $ 3.75 por hora, además pueden hacer 8 turnos máximo pagados a $114 c/uno, lo cual sería $912.00 al mes, entonces, el total del mes seria $1,812.
En el ISSS, el especialista gana $1,100 y por turnos gana $198 y puede hacer 8 como máximo, siendo $1,584, en total sería $ 2,784. Un R1 gana mensual $1,040, un R2 gana mensual $1,060, un R3 gana mensual $1,200, y un jefe de Residentes gana $1,400; un Interno gana $456, un médico en servicio social gana $600.
Los médicos que solicita el Gobierno para el Hospital CIFCO se dice que se les pagará a: Uciólogos $ 3,200, Internistas $1,900, médicos generales $1,300 y los turnos en $180. Hoy, por la alta mortalidad del personal sanitario se le ha asignado un seguro de vida para el sector y se han dado dos bonos de $150, como se puede valorar, lo presentado por la OPS y la OMS se cumple lo dicho sobre la falta de regularización e incentivos salarial.
Pero un Padre de la Patria gana $5,000 por 8 horas al mes, es decir, $ 20.83 por hora, más otras prestaciones.
Se menciona que se traerán médicos de fuera del país por tener déficit de médicos. Pero deberán estos médicos ser acreditados por el Ministerio de Educación y avalados por el Consejo Superior de Salud Pública y con visto bueno de parte de ASALMECI que es como se hace con todo médico extranjero. Creo que es necesario que el pueblo salvadoreño sepa que nuestras universidades tienen un promedio de más de 18,000 formados como generales, solo un 30 % formados en las cuatro especialidades básicas (Medicina, Cirugía, Pediatría y Gineco-Obstetricia) de las subespecialidades es mucho menor como muestra un botón, solo 37 Uciólogos tiene el país y la mayoría de los Internistas se han dedicado a estudiar una subespecialidad, por lo tanto, cada promoción de internistas se reduce, como pueden ver cuál es la razón que hace que no hayan recursos de subespecialidades y las motivaciones salariales y la logística asistencial que proporcionan para atender a los pacientes COVID-19 por falta de el equipo de protección de máxima seguridad EPP3, lo cual está conduciendo a la alta contaminación médica y por ende la alta mortalidad del gremio.
Con respecto a la formación de recursos en estos momentos del área de cuidados críticos es necesario utilizar la telemedicina, este programa no propone sustituir la educación formal para especialistas, sino propone el aportar a colegas no intensivistas (Médicos, Enfermeras, Terapistas Respiratorios y Anestesistas) de herramientas específicas de cuidados críticos como protocolos, técnicas o procedimientos que hagan más efectivo su trabajo en la Unidad de Cuidados Intensivos; todo esto se puede lograr con la implementación de cursos de Telemedicina de tipo modular a cargo de profesionales Intensivistas Nacionales y extranjeros y con reconocimiento universitario.
Hoy en día, la sociedad de este país está viviendo un momento histórico en que el hombre científicamente e intelectualmente es un gigante, pero moralmente es un pigmeo, por eso el pueblo exige que los políticos sean no solamente “legales, sino también morales”, ya que en los últimos veinte años las prácticas de la no transparencia han puesto en el mundo en una amenaza de las libertades de los pueblos, traigo a cuenta esto pues hoy en día, tras la pandemia nos hemos dado cuenta por la crisis que han estado pasando los sistemas hospitalarios del mundo aun en los países de primer mundo, por no haber previsto esta crisis a pesar de haber vivido otras aun de mayor envergadura. Es congruente pensar que el hombre que no conoce su historia está condenado a repetirla y hoy lo estamos viendo con la alta mortalidad causado por esta pandemia del COVID-19, todos hemos visto las irregularidades que existen en nuestro sistema de salud en general, ineficiente, arcaico e insuficiente que en lugar de velar por la conservación y restablecimiento de la salud de las personas, pone en riesgo a los pacientes por la obsolescencia de los equipos, el desabastecimiento de medicamentos tan necesarios para la asistencia sanitaria en la crisis, como en los pacientes de cáncer que es elemental para su subsistencia se carece de muchos de ellos. Por esto es necesario traer a cuenta la economía de la salud que analiza cuantos recursos vamos a necesitar para atender las necesidades de la población, lo que en periodo de crisis como el que vivimos es elemental determinar la priorización del gasto en salud en detrimento de otras áreas económicas, y para esto debemos de utilizar los criterios de eficacia y eficiencia que no solo sirven para la evaluación económica, sino también en la distribución de costos y para finalizar debo de traer a cuenta la palabra de gobernancia, que el Banco Mundial lo define como “la manera en que se ejerce el poder en el manejo de los recursos económicos y sociales con los que cuenta un país para fines de desarrollo” y yo diría para el manejo de la crisis sanitaria. Hago una reflexión a todas las autoridades del país involucradas en el manejo de esta crisis que dejen de interaccionar constantemente en perjuicio de la población a la cual tenemos el derecho de atender; recuerde Sr. presidente que nosotros los médicos de este país nunca hemos tenido un hospital de primer mundo para sacar adelante a nuestros pacientes, no importa verlos y tratarlos en hospitales de campaña, así como lo hicimos en el terremoto de 1986, pero con los insumos necesarios para brindar un servicio con prontitud, equidad y de calidad.
Quiero terminar, como siempre lo he hecho, con un mensaje que es concordante con la realidad sobre lo que escribo:
“La salud no se valora hasta que llega la enfermedad”.
“Ningún mar en calma hizo experto a un marinero”.
“Una flecha solo puede ser lanzada llevándola hacia atrás. Cuando sientas que la vida te lleva hacia atrás con dificultades, significa que te va lanzar a momentos increíbles. Solo enfócate y apunta bien”.