Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
Celia Medrano, una reconocida activista y defensora de los Derechos Humanos, irrumpió en el escenario del proceso electoral 2024, por un tweet de su cuenta personal, como parte una propuesta presidencial alternativa a la del partido oficial que pese a que lo prohibe la Constitución ha anunciado su reelección.
“Una propuesta desde un grupo plural de la sociedad civil, un esfuerzo sostenido de varios meses buscando una opción lo más representativa posible. Está en manos de los partidos políticos sin que prevalezcan sus propios intereses, difícil, pero necesario. Me sumo”, dice el tweet de Celia, en aceptación de ser parte de una fórmula presidencial propuesta por la sociedad civil acogida ya por un partido político, y que esperan se sumen otros para llevar una fórmula única.
Ese esfuerzo de la sociead Civil la abandera el Movimiento Ciudadano SUMAR, donde Luis Parada lanzará su candidatura para presidente, y Celia Medrano para vicepresidenta.
Medrano es licenciada en periodismo, graduada de la Universidad de El Salvador (UES). A la que se suma una larga experiencia como consultora de investigación social, administración pública y educación para la paz.
Lo que más se conoce de ella es que es defensora de derechos humanos, ejerció la tutela de la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador (CDHES), luego del asesinato de Herbert Anaya Sanabria. Y ha sido la única mujer centroamericana finalista para ocupar la Secretaría de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de todo esto, Diario Co Latino conversó con Celia Medrano.
– ¿Cómo tomó esta decisión?
La decisión se tomó en muy poco tiempo. Yo, nunca he tenido un perfil ni intención de ser candidata de nada en el marco político electoral, no he sido militante de ningún partido político ni he estado interesada en ser parte de la clase política en el país.
Sin embargo, hace poco me pusieron en conocimiento del grupo SUMAR, de un esfuerzo que se había mantenido por más de un año, con diferentes sectores sociales muy amplios. Y me he reunido con algunos de ellos tratando de encontrar una propuesta diferente que pudiera representar una opción -para aquellas personas- que todavía quieran por la vía electoral dar un cambio.
No es una iniciativa que venga de un partido político, y sé que esto pone en jaque a los partidos políticos, y tuve la oportunidad de ver como los partidos políticos reaccionaban ante una apuesta de personas para inscribirse en un partido político como vehículo para realizar la propuesta que viene de la sociedad civil.
– ¿Por qué en jaque?
Por supuesto, supone un cuestionamiento a los partidos políticos, porque hay algunos que tienen en su normativa interna que si no eres militante y de trayectoria entre sus bases no puedes ser precandidato en su esquema político. Y hay otros partidos que tenían ese candado, pero lo han quitado.
Si quieres que traduzca lo planteado en mi tweet, pues, es un grupo de la sociedad civil que hizo diferentes propuestas con diferentes representantes y referentes de partidos políticos de amplia gama. Los que están inscritos en el Tribunal Supremo Electoral y los que no están inscritos aún, y otros sectores, por esto soy muy cuidadosa en plantear que es un grupo de la sociedad civil.
– ¿Por qué esta aclaración?
Porque no pretendería ni SUMAR tampoco, decir que somos la representación absoluta de la sociedad civil en su amplia diversidad, entonces, hubo muchos nombres alrededor de quienes podrían asumir esta propuesta que es muy difícil.
Hay un amplio porcentaje de popularidad a la actual gestión gubernamental, y una aceptación a una situación permanente de suspensión de garantías constitucionales que se ha convertido en la principal bandera proselitista electoral hacia la intencionalidad de reelección presidencial
Y luchar contra eso desde una propuesta o visión política no es algo fácil, además, en una condición en donde la violación a derechos humanos es la norma en un sistema cooptado desde casa presidencial a todos nivel. Implica también riesgos de no sólo ser objeto de agresiones a través de redes sociales y del mecanismo mediático enorme y altamente financiado para atacar cualquier voz crítica. Y no digamos un reflejo de sociedad civil manifestado en una propuesta de oposición política electoral, sin embargo, es necesario.
– ¿Cómo ha sido su experiencia entre partidos políticos y sociedad civil?
Los partidos políticos el que sea si la sociedad civil llegue a decirles -esta es la propuesta que creemos que podría funcionar- implicando también que es gente no militante de estos partidos.
Desde una propuesta de sociedad civil, puedes poner a los partidos políticos en la decisión que si seguirán cerrados a sus propios intereses o propias dinámicas o se abren a la posibilidad de ser un actor social más de cambio, y no ser el actor social determinante o dominante, este es el marco de cambio político.
Esto es un gran reto para Nuestro Tiempo, que dijo que si inscribiría a esta fórmula porque está aceptando y asumiendo -que es el vehículo que esta propuesta de sociedad civil- y pueda ofrecer un marco en donde legalmente sólo puede ser candidato o candidata a través de un partido político.
– ¿Cómo define en líneas generales la candidatura?
¿Qué podemos ofrecer una imagen como Luis Parada o cómo yo?, pues ofrecemos una alternativa, todos los que dicen que no hay alternativas, pues aquí pueden tener una respuesta- y no estoy diciendo que somos la respuesta única, porque yo no impulso una campaña meramente político electoral.
Creo que era necesario que algunos dieran el paso a partir de la aceptación que diferentes sectores han tenido sobre nuestra propuesta como candidatos. Ni Parada ni yo teníamos en nuestras agendas una aspiración electoral partidaria.
Esto ha sido una labor de muchos que han estado buscando los nombres más aceptables posibles en la variedad más representativa posible y de amplios sectores en donde se considera que hay que agotar la vía electoral, presentando opciones a quienes no estén de acuerdo con lo que está pasando, y esto no se manifiesta más que al momento de colocar un voto en una caja, sino enfrentar un ambiente adverso, porque el Tribunal Supremo Electoral (TSE) es un árbitro en situación de control desde los intereses de casa presidencial.
– ¿Cómo evalúa el protocolo firmado entre el TSE y PNUD para proteger a mujeres de la violencia electoral?
El PNUD tiene el gran reto de demostrar si ese protocolo va a funcionar o no con esta propuesta.
– ¿Cómo ha sido esto de la participación entre sociedad civil frente a este escenario adverso?
Estamos tratando de construir una opción no sólo en el marco electoral. Porque esto no es un tema de que si vas a ganar la presidencia o vicepresidencia, sino que, es un tema de los antecedentes que se presentan con esta opción a los movimientos sociales. Que están planteando seriamente sobrevivir en medio de está adversidad, de tanta ausencia de institucionalidad, en donde cómo podemos plantearles de la forma más amplia posible una opción consensuada en este esfuerzo.
En donde dividir sólo fortalece el autoritarismo en el país, cualquiera que divida o que fomente la división está fortaleciendo el avance autoritario hasta un nivel que ya no será posible controlarlo. Y aquél que se considere que está a salvo manteniendo un bajo perfil o plegándose a aspectos con los que no está de acuerdo, pero se considera que no está en su poder de cambiarlo, pues iremos cayendo uno por uno, hasta que ya no haya nada.
– ¿Muchos han dicho que es una postura valiente Celia. Hay miedo en la sociedad?
Este miedo se combate con el ejemplo, no hay más respuesta, y sí, la gente tiene miedo, bueno hay que dar un paso a la vez. Todos tenemos miedo, pero el miedo se enfrenta tomándolo con inteligencia y con ejemplos que podemos dar y eso es más poderoso que cualquier discurso.
Estamos tomando la decisión, asumiendo las consecuencias que eso pueda representarnos, y les decimos a las mujeres que den ese paso que puedan incluirse en opciones para diputadas o incluirse en opciones para alcaldesas o concejalas.
Sabemos de las lideresas comunitarias que se encuentran en medio de contextos muy adversos y que son muy atacadas, saber que se puede intentar, y cambiar cosas todavía por la vía electoral. Y estoy convencida que nos estamos jugando la democracia misma y aunque el ambiente es muy adverso, las mujeres debemos ir tomando decisiones con respecto a sus vidas y su participación social, política y en los diferentes ambientes en donde se desempeñan.
– ¿SUMAR es un frente amplio y una propuesta colectiva?
Hay una agenda mínima trabajada por los representantes de los sectores que están en SUMAR, y esa debe de estar en permanente discusión, así como, el acercamiento de otros sectores y romper el esquema tradicional de campaña política.
Ya no hablar que los candidatos vienen a hablar con la gente, sino más bien es estar al mismo nivel con diferentes sectores, en un diálogo al lado de estos representantes como comunidad. Nosotros estamos en formatos de participación de lo viable, de lo posible y de lo necesario. Y creo que es el único mecanismo que puede funcionar en este momento.
Son momentos de mucho miedo porque está cada vez más claro que el régimen no opera solamente sobre la narrativa de contrarrestar la criminalidad, sino sobre cualquiera que alce su voz o manifieste su crítica. Si lo haces puedes ser objeto de ese mismo régimen que se mantiene desde hace 14 meses.
Entonces, entendiendo el contexto de miedo que muchas personas tienen hay que buscar diferentes mecanismos de acercamiento y mantener un diálogo permanente. Porque no somos una opción de propuestas de cara a una agenda electoral, sino más allá de eso, independiente asumamos cargos públicos o no, el trabajo deberá ser seguir preparándose a las diferentes situaciones que vienen en caso de que el autoritarismo avance.
– ¿Su agenda dentro de los derechos humanos?
En temas en donde debe prevalecer la visión de derechos humanos en las decisiones de carácter político y públicos buscaré que se garantice el enfoque basado en derechos. Eso no es negociable, ante cualquier apuesta debe analizarse si hay violación a derechos humanos y si esas violaciones pueden ser abordados de una manera preventiva.
Nos están diciendo todos los días que los derechos humanos son algo sacrificable en función de nuestra seguridad o en función de un liderazgo mesiánico que nos dice que es por nuestro bien. Entonces, contrarrestar esto es fundamental y un punto básico de la agenda mínima es garantizar el respeto a los derechos humanos en toda decisión en materia de política pública que se tome.
– ¿Qué opina de la figura de un liderazgo absoluto institucional?
No hay mesías. El lenguaje y la narrativa de un sólo líder, de un sólo mesías que es destinado a humillar a la gente y violenta el reconocimiento de la inteligencia de las personas basándose en la necesidad que tienen muchas personas.
Y eso, sólo se logra con desinformación, haciendo del odio una campaña proselitista y política, fomentando el fanatismo. Yo represento lo contrario a esas cosas. Creo que los liderazgos son colectivos y los retos también.
Sé que es mucho más difícil trabajar permanentemente de manera colectiva para avanzar sobre algún tema, pero que una sola voz se imponga a todas las demás, a través de la violencia, como el régimen de excepción, a través del discurso que fomenta el fanatismo, y que tenga una sola narrativa oficial, pues creemos que podemos ofrecer algo mejor que eso.
Porque habrá decisiones difíciles por ser colectivas, pero nunca vamos a renunciar a los mecanismos de diálogo y mucho menos sobre la base de quemar puentes de entendimiento.
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