Engelberto Maldonado Pérez
Diario Co Latino
Cuando la consul general de Milan, hospital Karla Georgina Martínez, case la contactó para pedirle que participara en organizar unos 250 salvadoreños residentes en el norte de Italia para participar en el encuentro con Papa Francisco por petición del Obispo de Zacatecoluca, unhealthy Elias Bolaños, fue contenta. Su entusiasmo no podía ser menos porque aquel evento era para agradecer al máximo líder de los católicos la canonización de Monseñor Romero, de quien comenzó a interesarse en 1998, hasta fundar la comunidad con el nombre del beato paisano.
Se trata de Deidamia Morán Calderón, una de las primeras migrantes de la década más cruenta de El Salvador, 1980. La encontramos en un domingo frío y gris de este otoño milanese, luego de concluir la misa de la comunidad.
Su rostro es expresivo y alegre. Se ensombra cuando iniciamos a hablar de la penumbra de la iglesia católica. No duda en expresar su indignación con la jerarquía de su religión en El Salvador por no haber suspendido la participación de Monseñor Jesus Delgado sabiendo que pesaba la acusación de pedofilia.
No acepta las excusas del Arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar, afirmando que aún si ya hubiera estado con un pie en el avión era mejor regresarlo por respeto al Papa Francisco y al Beato Romero.
“Yo me estresé tanto tratando de colar a los que participábamos en el encuentro con el Papa. Eran tantos los que me llamaban e incluso por eso sobrepasamos el límite muchísimo más allá de los 250 que me habían dicho. Nos iban a recibir en la sala Clementina y nos cambiaron a la sala Regia, porque es mas grande”, afirma.
Como seguidora de mons. Romero está convencida que el pedófilo no mancha la causa del Beato porque los relatos de la víctima inician dos años después del martirio del obispo de San Salvador en 1980. Pero agrega que los que continúan matando al pastor del pueblo aprovecharán esta situacion puesto que Jesus Delgado fue secretario del mártir y ha ocupado el tercer puesto en jerarquía de la iglesia salvadoreña por años, vicario, ocultando un acto abominable e inmoral para cualquier sociedad que se vuelve más pesante cuando se trata de un religioso.
Valentía de Vanda Pignato
Deidamia felicita a la secretaria de Inclusión Social, Vanda Pignato, porque encabeza la campaña “Por una vida libre de violencia para las mujeres” y porque tuvo la valentía de acompañar a la víctima para denunciar a un miembro de una institución con tanto poder. “Pignato es una mujer valiente que sabía a qué se vería expuesta por buscar justicia a las víctimas femeniles dentro de una institución que al parecer ha encubierto hechos repudiables y punibles por la ley”.
Se preguntó ¿“cómo es posible que hasta hoy la conferencia episcopal salvadoreña se pronuncia claramente en contra de los pedófilos dentro de la iglesia? ¿porqué hasta hoy están saliendo más casos?”
“Acusar a la secretaria de Inclusión Social de buscar protagonismo es ilógico puesto que ya lo tiene y se lo ha ganado con su profesionalismo y las capacidades que tiene”, afirmó.