Ricardo Olmos
Economista
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Desde 1971 en la ciudad de Chalchuapa se fundó el Club Deportivo “Estrella Roja” con la idea que desde esa trinchera se organizara la Juventud Comunista y que el Partido Comunista promoviera las actividades políticas de manera permanente entre los diferentes cantones y caseríos que semanalmente visitaba el equipo. Sus fundadores fueron Fausto Ramón Orellana, sovaldi sale Efraín López Aguilar, salve Carlos Adalberto el “Niño” Flores, Jorge Aguilar y Jorge Alberto Zurita, entre otros.
En esos años, se tenía la idea estratégica de vincularlo con la juventud de aquel entonces y, además, ir consolidando la organización política del Partido Comunista de El Salvador, PCS con los jóvenes que realizaban las tareas de organización para ese entonces. La participación fue notoria no solamente con la idea de crecer sino de resistir y luchar contra la dictadura político militar de la época. Fue en ese contexto que el “Niño” Carlos, como cariñosamente le llamaban sus amigos, de extracción humilde y originario del cantón el Porvenir Jocotillo, siendo hijo de padres que eran colonos de esa finca cafetalera, sin saberlo, pronto su vida cambiaría para siempre. Carlos, desde muy joven se integró a las tareas del Partido. ¡Y cómo son las cosas de la vida!, pues se trasladó a vivir con su abuela a la ciudad de Chalchuapa para aprender el oficio de sastre, habiéndose decidido por la sastrería de un viejo comunista de la época. Fue en el taller de Don José Paz López en donde conoció el oficio, y luego, al finalizar sus estudios de bachillerato, el Partido lo envió a estudiar fuera del país, a la Ex Unión Soviética, habiendo decidido estudiar agronomía, mostrando sus cualidades de buen estudiante y que con el tiempo lo demostraría, pues se graduó de ingeniero agroquímico. El “Niño” luego de finalizar sus estudios, y dado el fuerte compromiso político por contribuir a la lucha revolucionaria y derrotar a la dictadura militar, se decidió por la incorporación a la lucha armada habiendo sido destacado en la ciudad de Nejapa, en donde sin saberlo, luego de muchos años, también se encontraría con Efraín Aguilar “Renso” que era uno de los mejores explosivistas de las Fuerzas Armadas de Liberación, FAL en ese puesto de avanzada guerrillera. Ambos con el compromiso de siempre, se unieron al frente guerrillero y desarrollaron sus mejores atributos como combatientes. Posteriormente, y luego de su valentía demostrada como guerrillero y sus tareas revolucionarias, el “Niño” fue capturado en el año de 1982, y no se logró saber más de él, pues fue torturado y asesinado por los cuerpos represivos de la época. Y en el caso del compañero Efraín Aguilar, luego de una vida ejemplar guerrillera fue herido y capturado en 1988, en la zona del municipio de Nejapa y no se supo más del compañero “Renso”. Chalchuapa perdía de esa manera dos dignos ejemplos de juventud entregados por una patria mejor sin dictadura y con democracia real.
Otro de los fundadores de Club Deportivo “Estrella Roja” fue Jorge Alberto Zurita, “Oso”. Su participación política fue desarrollada en múltiples actividades gremiales, abiertas o clandestinas, legales e ilegales, lo mantuvo con presencia en innumerables actividades desarrolladas por el Partido y durante toda la guerra revolucionaria se mantuvo firme en el frente de guerra de Guazapa contra la dictadura militar.
En ese marco, durante su participación en las filas guerrilleras de las FAL fue conocido por “El Oso”. Jorge Zurita era de extracción obrera, hijo de Antonio Zurita y de Teodora Arana, quienes junto con su hermana Elsita fueron asesinados por los escuadrones de la muerte. Posteriormente, sus hermanos Hugo Adiel y Judith Zurita incursionaron al frente guerrillero, siendo jóvenes de mil batallas y victorias en el cerro Guazapa, principalmente. Lo curioso del Club Deportivo Estrella Roja, es que a lo largo de los años setenta, fue que algunos de sus integrantes se destacaron en el futbol y lograron jugar en el equipo del Once Lobos de la Liga de Ascenso como fue el caso de Lito María, El “Sapito” Lando, Pepe “Tiro loco” Menéndez, Mincho Rodríguez “el doctor”, Luis Portillo y Medarno Méndez “Agamenón” que se destacaron además en las luchas políticas que emprendía el Partido en esa época.
También, hay que decir, que algunos de ellos además de ser buenos futbolistas, también se integraron posteriormente a los frentes de guerra, cuando estalló la guerra civil de manera abierta en El Salvador.
A finales de los años setenta, otras iniciativas emularon esta actividad, pues se creó el Club Deportivo Proletarios del Sindicato de Trabajadores de la Industria del Café, SICAFE, fundado por Fidel Palacios, Manuel Escobar y Rigoberto Rosales. Esta iniciativa fue saludada por el círculo de deportistas que de manera permanente se daban cita a los encuentros deportivos en la Estadio “el Progreso” en la ciudad de Chalchuapa. Era una época en donde la organización política se hacía por diferentes medios, y lo fundamental era estar junto con los vecinos, desarrollando la organización para la lucha política en contra de la dictadura de la época, no obstante la represión existente en esos años.
Luego en la misma época, la ciudad de Chalchuapa vio nacer al Club Deportivo “La Alternativa”. En este equipo, que salía de las entrañas del Barrio San Sebastián de ese mismo municipio, y que era prácticamente las labores de organización política de las Fuerzas Populares de Liberación, FPL de ese entonces, a través de sus organizaciones abiertas como fueron el Bloque Popular Revolucionario, BPR, se les vio jugar a René, Víctor y Rogelio Sierra, así como al mundialista de la Selección Nacional de Futbol de nuestro país, José Luis Munguía.
De esa manera, la labor política inicial se transformó como labor conspirativa permanente de los comunistas de la época en esa ciudad y que sin duda se masificó entre otros oficios, actividades musicales, deportivas etc. No se es comunista si no se conspira, se decía muy a menudo, y hay que hacerlo permanentemente y durante toda la vida. Parece que es una consigna, pero es lo que durante el proceso político actual se ha dejado de hacer, lamentablemente.
Lo mismo sucedió con la educación política desarrollada por un largo período durante las elecciones en nuestro país. Por cierto, fue la mejor escuela de formación política, exigencia para cualquier revolucionario de la época y de formación política para el pueblo que a diario le daba seguimiento a la coyuntura prevaleciente. Estas actividades marcaron a muchos, y principalmente fueron la experiencia política a través de las cuales se formaron muchos jóvenes que luego abrazaron y promovieron las diferentes tareas democráticas y hasta revolucionarias, sin importar la procedencia social de cada uno de los que integraban esos movimientos que desde la diversión se tornó un compromiso por la revolución!
No fue tampoco óbice las largas caminatas para escalar en varias oportunidades el cerro “Chingo” que divide El Salvador con la hermana República de Guatemala, muy por el contrario fueron las mejores oportunidades para visitar esas comunidades, escuchar las charlas, historias vividas, los componentes del Programa y de Carta de Principios del Partido desarrollado por los veteranos comunistas, y que con la práctica del deporte fue el medio para que el mensaje de los comunistas se asimilara más temprano que tarde en la cabeza de los jóvenes de aquel momento histórico.
Las gestas de los jóvenes en materia de solidaridad por los golpes de estado desarrollado por los militares chilenos contra el gobierno democrático de Salvador Allende, la integración en la lucha electoral a lo largo de la década de los años 70, la integración y apoyo a los movimientos de solidaridad en las diferentes huelgas de los trabajadores, la resistencia y lucha en torno al asesinato de Rafael Aguiñada Carranza, entre otros, fueron claves para el proceso de maduración por la lucha contra la dictadura militar prevaleciente en esa época.
No es extraño que muchos jóvenes del sector urbano condujeran posteriormente las columnas guerrilleras, entre ellos algunos chalchuapanecos iniciados en los equipos de futbol, y que luego incursionarían en la ofensiva guerrillera en la ciudad capital en noviembre y diciembre del año 89, luego de haber derrotado los sucesivos planes guerreristas de los militares de la dictadura y por los cuerpos represivos de la época que fueron los causantes de tanto dolor de las madres que vieron perdidos a sus hijos por los escuadrones de la muerte.
La organización popular en sus variadas manifestaciones con fundamento político, es el que orientó, conformó y condujo la guerra revolucionaria para arribar a la democracia política que vive el país. Aún falta la construcción de la democracia real, la democracia económica que permita que los sectores sociales diversos vivan el proceso por construir una sociedad con justicia, con más democracia y responder por los sueños y compromisos de los comunistas de ayer.
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