Por Giovanna Fleitas
Santiago/AFP
Estudiantes chilenos protagonizaron el martes una concurrida marcha por el centro de Santiago contra el avance en el Congreso de un proyecto de ley que busca instaurar la gratuidad en la educación superior, el cual exigen sea reformulado.
Las organizaciones estudiantiles convocaron a la primera movilización del año en momentos en que el Congreso discutía la aprobación general de una esperada nueva ley de Educación Universitaria, que establece la gratuidad universal bajo ciertas condiciones de crecimiento económico.
Indicaciones al emblemático proyecto, parte de una megarreforma impulsada por el gobierno de la socialista Michelle Bachelet, fueron finalmente rechazadas en la Comisión de Educación, lo que impide su discusión en el pleno.
“Me encantaría votar a favor de una reforma a la educación superior, pero no nos pidan votar a favor de un proyecto como éste que me frustra y decepciona”, dijo el diputado independiente Giorgio Jackson, exdirigente estudiantil.
El gobierno deberá ahora negociar reformulaciones al proyecto, que amplía el rango de beneficiarios de la gratuidad a mayor crecimiento económico.
“La reforma no es suficiente, falta gratuidad y falta que la educación pública sea de calidad. Falta demasiado y por eso hay que marchar”, comentó a la AFP Rocío, una estudiante de ciencias sociales que se sumó a la manifestación cuando pasaba frente a la sede del gobierno chileno.
“Es una desilusión” esta reforma, comentó Juan Pablo de la Torre, otro de los miles de estudiantes que acudieron a la manifestación.
A poco del inicio de la marcha, la policía irrumpió lanzando gases lacrimógenos en algunos tramos cuando manifestantes lanzaban piedras y palos, amenazando el clima festivo y pacífico que se impuso en gran parte de la manifestación. Otros enfrentamientos con la policía se dieron al finalizar.
“El balance es positivo, la marcha se realizó sin mayores problemas, salvo por algunos incidentes aislados”, dijo el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri.
La Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) cifró en unas 90.000 los asistentes, mientras que la policía lo dijo que fueron 35.000, contabilizando, además, 30 detenidos y seis policías heridos.