Santiago de Chile / Prensa Latina
Los participantes en las protestas en la plaza de la Dignidad, en esta capital, están lejos de ser radicales violentos e irracionales como los describe la propaganda oficial, reveló el jueves un estudio sociológico.
Por el contrario, el 32 por ciento de quienes se manifiestan desde el 18 de octubre último en ese emblemática sitio son graduados universitarios, 12 por ciento tienen terminada la enseñanza técnica e incluso uno de cada 10 concluyó estudios de posgrado.
Esa caracterización fue hecha por el Núcleo de Sociología Contingente (Nudesoc), centro de estudios de la Universidad de Chile, mediante entrevistas abiertas durante varios días de noviembre a una muestra de 886 personas mayores de 18 años, en el mismo escenario de los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas policiales.
El sondeo, denominado Encuesta Zona Cero, reveló que el promedio de edad es de 33 años, el 75 por ciento de los encuestados no sobrepasa los 40, y tienen muy bien definido por qué acuden a las protestas.
Ello se refleja en que entre las principales demandas del movimiento social, el 75 por ciento plantea el aumento de las pensiones, 57 el mejoramiento de la salud pública y 56 por ciento la elevación de la calidad en la educación, porcentajes coincidentes con lo reflejado por otros sondeos a nivel de país.
El tema de la Constitución aparece en quinto lugar entre las prioridades, pero 83,9 por ciento apoya una nueva carta magna, 83,8 respalda una asamblea constituyente para su redacción y 84 de cada 100 coinciden en que este es el primer paso para la solución de la crisis y que sin él no habrá cambios sociales efectivos en el país.
Otros datos significativas señalan que el 75 por ciento considera insatisfactorio el modelo de democracia existente en Chile, y 93 de cada 100 califican de insuficientes las medidas del Gobierno en respuesta a las demandas del movimiento social, porque no reducen las desigualdades ni cambian la estructura del modelo existente.
Asimismo 99,4 por ciento de los entrevistados consideró excesivo el despliegue policial contra las manifestaciones populares.
Pero la represión no los atemoriza, pues el 49 por ciento aseguró que participó más en las protestas tras la imposición del estado de emergencia y del toque de queda por el Gobierno, mientras 36 por ciento aseguró que esas medidas no los amedrentó.
Al analizar los resultados del estudio, Sofía Donoso, investigadora de movimientos sociales y académica del Departamento de Sociología de la universidad de Chile, señaló que este minucioso estudio desmitifica el discurso instalado desde el Gobierno de criminalizar a los manifestantes
Asimismo consideró que las aspiraciones de este grupo no difieren de las del resto de la población aun cuando se quiera aislarlos del movimiento social bajo el criterio de que supuestamente están en contra de la protesta pacífica.